Cuando un gato está triste o deprimido, suele mostrar signos de apatía, decaimiento, e inapetencia. También puede dejar de asearse, dejar de utilizar el arenero para hacer sus necesidades, o pasar excesivo tiempo debajo de la cama o el sofá.
POSIBLES CAUSAS DE UN GATO DEPRIMIDO
Los felinos son muy susceptibles a los cambios en el entorno, y ésta es una de las principales causas que puede generar que su carácter se vea repercutido. Un traslado, un cambio de familia, o pasar demasiado tiempo solo, puede provocarle a tu gato desorientación y tristeza.
Los gatos, al contrario de lo que se opina, son animales sociales y afectivos, que necesitan estar en contacto contigo, y poder desarrollar sus rutinas habituales. A veces la llegada de un bebé, la presencia de una nueva mascota en tu hogar, o la pérdida de un ser querido, son motivos suficientes para que tu gato se pueda sentir desplazado, y adopte comportamientos que así lo manifiesten.
Existen dos factores más que pueden explicar estas actitudes. El primer factor está asociado al hecho de que tu gato haya vivido algún episodio traumático que pueda haber alterado su bienestar, generándole estrés o ansiedad. El segundo puede deberse a la presencia de una enfermedad que aún no se ha manifestado mediante otros síntomas. En cualquiera de los dos casos, es importante que acudas al veterinario para que determine las causas, y te ofrezca las soluciones más convenientes.
En el supuesto de que el veterinario descarte una patología, y se incline por motivos de carácter psicológico, te recomendamos que sigas las siguientes pautas para intentar paliar la situación de tu gato triste:
- Los gatos, al igual que los perros u otros animales de compañía, necesitan afecto, dedicación y cariño. Las caricias y los juegos ayudan a fomentar vuestra interacción y a generar un vínculo saludable y feliz.
- Si por determinadas circunstancias no puedes dedicarle todo el tiempo que te gustaría, proporciónale distracciones que fomenten su curiosidad. A veces, una simple caja de cartón o un juguete específico para felinos, puede suponer un reto suficientemente atractivo para que tu gato pase horas entretenido.
- Estimúlalo mediante actividades que le gusten, como poder retozar en algún lugar soleado, dormitar en su rincón preferido, e incluso cepillarlo suavemente para que se sienta más limpio y confortable.
- Sobre todo, evita gritarle o increparlo. Tu tono de voz y la forma de acercarte a él deben ser cordiales y afectuosos para que tu gato perciba que estás cerca de él y quieres ayudarlo.
Si pese a estos consejos tu gato no evoluciona favorablemente, deberás acudir a un veterinario especialista en comportamiento animal (etólogo) para que pueda estudiar sus comportamientos y tratarlos debidamente. Su experiencia, unida a la información que tú le facilites, te ayudarán a que tu mascota puede recuperar su comportamiento habitual.