Pese a no ser una raza demasiado popular, los gatos sin pelo son ejemplares altamente apreciados por sus propietarios y por las federaciones felinas. La ausencia de pelo los dota de una belleza peculiar, que destaca por su esbeltez y elegancia.
Su temperamento suele ser afable, aunque precisan de mucho contacto físico y de una serie de cuidados específicos que vienen condicionados por su ausencia de pelaje. Su temperatura corporal debe mantenerse sin la ayuda del pelo que sirve de aislante en otras razas de gato, y eso ocasiona que necesiten una alimentación más rica en energía y proteínas. Sus oídos son especialmente delicados, y requieren de revisiones constantes. Y, a diferencia de otras razas, conviene someterlos a baños frecuentes.
Razas de gatos sin pelo
Una de las razas más identificativas de la categoría de gatos sin pelo es la de gato Sphiynx, más conocido como “gato esfinge”. Su tamaño es mediano, posee un cuerpo musculoso, y numerosos pliegues entorno a la cabeza y al cuello. Se caracteriza por ser simpático y sociable, pero muy sensible a cambios de temperatura y condicionantes ambientales (frío, calor, humedad). Por este motivo, puede ser un compañero ideal para compartir espacios interiores, ya que su adaptación a ambientes exteriores puede ser altamente difícil.