Por instinto propio, los gatos se ocupan ellos mismos de mantener su pelaje en buen estado.
Su lengua rugosa actúa como un pequeño cepillo, retirando el pelo muerto y distribuyendo el aceite que segregan por el pelaje. Pero necesitan ayuda, por ejemplo para reducir las bolas de pelo, sobretodo en el caso de los gatos de pelo largo.
ASEAR A TU GATITO
Muchas razas de gatos han ido evolucionado tras las diferentes intervenciones de los criadores a lo largo del tiempo. Por ejemplo, el pelaje de la raza Ragdoll es mucho más largo y espeso hoy en día y sin nuestros cuidados, se convertiría rápidamente en un amasijo de nudos. El aseo no tiene como única finalidad cuidar del aspecto de tu gato; también elimina el pelo muerto, conserva el pelaje y la piel en buen estado, te ayuda a crear una mejor relación con tu gato y además te facilitará controlar el estado general de salud de tu mascota.
EXÁMENES GENERALES SEMANALES
- Examina las orejas de tu gato. ¿Están limpias y no huelen mal? Las orejas deben estar limpias, no enrojecidas ni con pus y no deben oler mal, en caso contrario contacta con tu veterinario, al igual que si tu gato sacude a menudo la cabeza. La otitis por otodectes (parásito) del gato es un problema que aparece con relativa frecuencia.
- Pasa tus manos a lo largo del cuerpo de tu gato. Si tiene rasguños, bultos o heridas, contacta con tu veterinario.
- Examina los ojos y la nariz y acude al veterinario si observas flujo.
- Examina la zona que se encuentra debajo de la cola de tu gato. Debe tenerla limpia, sin suciedad, irritación ni presencia de lombrices, en caso contrario consulta con tu veterinario.
- Extiende los dedos a contrapelo para levantar el pelaje de tu gato y examina la raíz del pelo y su piel para localizar posibles signos de parásitos o excrementos de pulgas (pequeñas manchas negras).