Los gatos son animales excepcionalmente limpios y se encargan por sí mismos de la mayor parte de su acicalamiento.
Sin embargo, no siempre llegan a todas las partes de su cuerpo, con lo que puedes ayudarles a acicalarse. Tal práctica puede hacer que vuestro vínculo se fortalezca y además supone una oportunidad para detectar indicios de problemas de salud. Recuerda que todos los gatos necesitan tu atención y que a casi todos les gusta que les cepillen.
Los beneficios del cepillado
El hecho de cepillar a tu gato tiene varias ventajas, además de ayudarte a tener una buena relación con él. El cepillado no solo estimula la circulación y mejora el tono muscular, sino que además minimiza el tamaño y la cantidad de las Bolas de pelo en el estómago del gato, ya que al cepillar se retira el pelo suelto. Además, contribuye a alisar el pelo, lo cual mejora sus propiedades de aislamiento y facilita la retención de calor. Finalmente, el cepillado estimula las glándulas que se encuentran en el nacimiento de cada pelo, lo cual ayuda a impermeabilizar el pelaje del gato.
El cepillado debería formar parte de la rutina de tu gato y es recomendable acostumbrarle a ella ya desde una edad temprana, idealmente desde pequeño. El beneficio añadido para ti es que al cepillar a tu gato puedes comprobar si tiene Parásitos externos, lesiones o bultos en la piel. Además, te ayudará a mantener tu casa más limpia, ya que el animal dejará menos pelo por la casa.
Consejos para cepillar a tu gato
Es recomendable adquirir herramientas de cepillado de buena calidad con una vida útil tan larga como la de tu gato. Compra herramientas especialmente diseñadas para pelo corto o largo, según sea el caso. Necesitarás un buen cepillo y quizás también un peine.
Si el pelo de tu gato es corto, utiliza un peine de púas finas una vez por semana. También deberías utilizar un cepillo de cerdas naturales o de goma para eliminar los pelos muertos. Cepilla o peina con cuidado el pelo de tu gato, siempre en la dirección hacia la que crece el pelo y utiliza el cepillo de cerdas para limpiar el pelaje en la dirección de la cabeza y, a continuación, vuelve a alisarlo.
Para cepillar a gatos con pelo largo, utiliza a diario un peine de acero. Deshaz los enredos que detectes con los dedos o si no es posible, córtalos con cuidado con unas tijeras de punta roma. Si a tu gato no le gusta que le cepillen, intenta premiarle con comida u otras recompensas y anímale con delicadeza para que se deje cepillar; esto debería facilitar que se tranquilice.