El baño del gato: claves de un momento imprescindible y especial



Existen múltiples opiniones de propietarios sobre si es conveniente o no bañar a un gato, y lo cierto es que en términos de necesidad podríamos afirmar que no, a no ser que alguna parte de su cuerpo se haya manchado (debido a las heces, presencia de grasa, etc), y requiera de ayuda para limpiarse.
Si convives con un felino, habrás comprobado que pasan horas acicalando su pelaje con su lengua áspera. Este hecho, unido a una alimentación de calidad, los suele mantener siempre limpios y relucientes. Pero, existe una razón fundamental para acostumbrar a tu gato a la rutina del baño periódico, que va más allá de una simple necesidad funcional relacionada con la higiene. Nos referimos a motivos placenteros relacionados con su belleza y bienestar.
Si consigues que tu gato se acostumbre a la rutina del baño desde que es gatito (a partir de los 2 meses aproximadamente), seguramente conseguirás que la perciba como un estímulo positivo, aumentando su sensación confort y comodidad, principalmente en razas de gato de pelo semi largo o largo. Si a eso le sumas las ventajas que puede producirle un buen baño en periodos estivales en los que se ve expuesto a altas temperaturas, sobran motivos para no intentarlo.
El secreto radica en tu capacidad de manejo y calma para poder conseguir que la experiencia sea exitosa. Seguir las siguientes pautas a la hora de bañar a tu gato, te puede ayudar:
¿Cada cuánto bañar a un gato?
Por último, cabe añadir que la frecuencia habitual de baño del gato suele ser mensual, pero en periodos de altas temperaturas puedes incrementarla, permitiéndolo disfrutar de un buen baño cada 2 semanas.
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