La mayoría de los gatos necesitarán cuidados para mantener su pelo en perfectas condiciones. Descubre cómo cuidar a un gatito en esta guía.
Su lengua áspera actúa como minicepillo, eliminando el pelo muerto y distribuyendo aceites. Pero a veces todos estos cuidados no son suficientes y necesitan tu ayuda.
Cuidado de gatitos
El cuidado de un gatito no consiste solo en dejarlo guapo, su utilidad reside en que elimina el pelo muerto, mantiene su pelo y piel saludables, te ayuda a construir un vínculo íntimo y te brinda la oportunidad de verificar su salud en general.
El cuidado es importante para los gatitos pero, gracias a su pelo suave, esponjoso y corto, no requiere de mucho tiempo de dedicación en comparación con el cuidados de los adultos. Si puedes acostumbrar a tu gatito al aseo regular desde que es muy pequeño, os hará la vida mucho más fácil a ambos en el futuro. La buena noticia es que a la mayoría de los gatos les encanta que estén pendientes de ellos, y tan pronto como ven un cepillo o un peine en tu mano, por lo general vendrán corriendo porque saben que son el centro de atención y les gusta el cosquilleo.
Cepillar a tu gatito
Pelo largo frente a pelo corto
La frecuencia con la que terminarás cepillando a tu gatito depende de su tipo de pelo. Un gato de pelo corto generalmente solo necesitará un repaso rápido semanal, mientras que una raza de pelo largo necesitará atención diaria con el tipo de cepillo adecuado; pide consejo al criador o peluquero sobre tipos específicos de pelo.
Las razas de pelo largo necesitan más cuidados, y esto llevará más tiempo. Es posible que desees acicalar a tu gato en una superficie antideslizante sobre una mesa; esto os mantendrá a ambos lo más cómodos posible durante el proceso.
Cuando todavía es un gatito, intenta animarlo a que disfrute de la experiencia. Llévalo al lugar donde querrás peinarlo cuando sea adulto, dile muchas palabras bonitas y dale una o dos golosinas. Pronto asociará este lugar con su peine y su golosina.
Cómo cepillar a tu gatito
Coloca a tu gatito en tu regazo y ofrécele el cepillo para que lo huela. Una vez que saben que es seguro, muchos gatos se frotan la cara con él.
Empieza a cepillar suavemente. Comienza por la espalda y luego continúa hacia los lados de su cuerpo.
Felicita a tu gato por ser bueno y háblale en un tono de voz tranquilo y relajante.
Cada pocos minutos, cambia el cepillado por caricias, como parte de su rutina de mimos. Puedes ofrecerle un regalo como recompensa adicional.
Repite esto varias veces al día, aumentando gradualmente la duración del cepillado.
Cuando tu gato se familiarice y se sienta cómodo con la sensación de ser acicalado, podrás empezar a cepillarle el vientre, la cola, las orejas y otras zonas sensibles.
Sé muy cuidadoso y haz las sesiones iniciales de cuidado del gato cortas. No hay prisa, lo más importante es que se sienta relajado. Si notas algún signo de hartazgo o agitación, aléjate de las áreas más sensibles y vuelve a acicalar su espalda.
Mientras tu gato está relajado y disfruta de la experiencia, aprovecha para realizar un control de salud rápido. Algunas cosas que puedes probar como parte de un chequeo en casa son:
Tocar sus patas y examinar suavemente sus uñas y dedos. Comienza con solo una zarpa al principio para que se acostumbre a la experiencia, y elógialo incluso dándole un premio como recompensa. Durante las siguientes sesiones de aseo, puedes intentar mirar dos zarpas y así sucesivamente, desarrollando lentamente las habilidades de pedicura de tu mascota hasta que esté completamente cómodo.
Si tu mascota sigue ronroneando alegremente al final de una sesión de aseo, tómate un momento para mirar cuidadosamente dentro de sus oídos y abre suavemente su boca para revisar sus dientes y encías.
Termina siempre una sesión de cuidado de gatitos con una caricia; después de todo, ¡se lo ha merecido!
Cortar las uñas de tu gatito
Cuando tu gato trepa a un árbol o usa su rascador, se puede arrancar la capa exterior de una de sus uñas, pero no te preocupes, esto es normal. Arañar es un comportamiento natural en los gatos, y sus uñas están formadas por capas, por lo que si la capa exterior desaparece, habrá una uña nueva y afilada debajo (a veces encontrarás cáscaras exteriores cerca de sus áreas favoritas de rascado).
Si tienes un gato activo y saludable al que le gusta estar al aire libre, es poco probable que necesite que le corten las uñas. Sin embargo, los gatos de interior y los gatos mayores pueden necesitar que les corten las uñas periódicamente.
Cómo cortar las uñas de tu gatito
Haz que tu gatito se acostumbre a la idea de cortarle las uñas desde que llega a tu casa. Una buena forma de comenzar es hacer un simulacro y luego ofrecerle una recompensa o un elogio. Para ello, presiona suavemente sus dedos hasta que las uñas salgan.
Si vas a cortar las uñas de tu gato o gatito, es importante saber cómo hacerlo correctamente. Lo último que quieres es causar dolor o sangrado cortando más de lo que debes. Puedes pedir en el veterinario que te hagan una demostración y comprobar su técnica o, si prefieres no hacerlo tú, ellos pueden hacerlo por ti.
Revisa las uñas de tu gato una vez a la semana, incluida la uña que está en el interior de su pata, justo debajo de la región de la muñeca. Esta uña rara vez toca el suelo, por lo que puede ser propensa al crecimiento excesivo, especialmente en gatos mayores.
Mientras revisas las uñas de tu gato, échale un vistazo también a sus almohadillas y entre los dedos de los pies, para asegurarte de que todo está bien y perfectamente limpio.
A los gatos, como a los humanos, les pueden crecer mucho las uñas. Si sospechas que una uña está creciendo dentro de su almohadilla, habla con el veterinario, ya que puede necesitar atención médica.
Controles semanales extra para el cuidado de gatos y gatitos
Además de cepillar su pelo y cuidar sus uñas, hay algunas comprobaciones adicionales que puedes hacer para asegurarte de que tu gato está en óptimas condiciones.
Comprueba que las orejas de tu gato están limpias y huelen frescas. Si están sucias, huelen mal, están rojas o parecen picarle, habla con el veterinario. Los ácaros del oído son un problema común, especialmente en los gatos más jóvenes.
Pasa tus manos por todo el cuerpo de tu gato. Observa cualquier rasguño, bulto, protuberancia o mancha que te parezca extraña. Si te preocupa algo, ponte en contacto con el veterinario
Revisa sus ojos y nariz y comunícate con el veterinario si notas alguna secreción o enrojecimiento.
Echa un vistazo debajo de la cola de tu gato. Su parte trasera debe estar limpia. Si está sucia o hay signos de lombrices o dolor, llévalo al veterinario.
Por último, pasa la mano en dirección contraria al pelo. Revisa las raíces del pelo y la piel en busca de signos de pulgas u otros parásitos. Puedes prevenir las infestaciones con un control regular de pulgas pero, si es demasiado tarde el veterinario podrá aconsejarte sobre los tratamientos.
Bañar a tu gato o gatito
La mayoría de los gatos pasan sus vidas sin tener que bañarse, pero a veces es inevitable un chapuzón rápido. Es posible que necesites un champú especial para tratar una afección de la piel, para limpiarlo después de un problema o después de aplicarle algún producto, por ejemplo, para las pulgas.
A pesar de la creencia popular, algunos gatos se bañan como patos en el agua, especialmente si se han acostumbrado desde pequeñitos. Si tu gatito no te lo pone fácil a la hora de bañarlo, un peluquero felino lo puede hacer por ti. Sin embargo, si deseas hacerlo tú, sigue estos consejos para un lavado sin preocupaciones.
Cuidado con la temperatura del agua. Demasiado calor quemará a tu gato, y demasiado frío puede incomodarlo o incluso hacer que se sienta mal.
Maneja a tu gato con cuidado durante el baño para que se sienta cómodo y ofrécele muchos elogios y tranquilidad. Las golosinas pueden ser útiles y definitivamente será más fácil si alguien te puede ayudar, ¡especialmente si intenta escapar!
Busca señales de que tu gato se está estresando. A los gatos les puede dar miedo bañarse, así que ten cuidado por si te intenta morder o arañar. Si te preocupa, habla con un peluquero experto.
Asegúrate de que el champú que utilizas está formulado específicamente para gatos y comprueba si es necesario dejarlo durante unos minutos para que haga su efecto o si se puede aclarar al momento. Ten cuidado de que el champú no entre en áreas sensibles como los ojos o los oídos.
Si tu gato no está contento con el baño, intenta lavar solo las partes que realmente lo necesitan para reducir el tiempo en la bañera.
Enjuaga bien a tu gato para eliminar cualquier residuo de jabón.
Luego, sécalo con una toalla tibia y mantenlo cómodo hasta que esté bien seco. Evita los secadores de pelo a menos que tu gato se haya acostumbrado a ellos desde pequeño, ya que pueden asustarlo.
Si tienes más de un gato, la hora del baño puede acabar en una pelea, especialmente si están estresados. Separa a tus gatos bañados hasta que estén tranquilos, luego frótalos a todos con la misma toalla para distribuir sus olores.