Si cambia el comportamiento de tu gato, esto puede significar que no se encuentra bien. En Purina podrás descubrir cómo saber si un gato está enfermo, información sobre las enfermedades de los gatos y sus síntomas.
Como amante de los gatos, desearás que tu mascota esté lo más sana y feliz posible. Como los gatos no pueden decirnos lo que les pasa cuando no se encuentran bien, es difícil saber cuándo necesitan ayuda.
A diferencia de los perros, los gatos tienden a aislarse cuando se encuentran mal, en lugar de buscar la comodidad. Este instinto de protección los vuelve más agresivos y esquivos, por lo que te resultará más complicado estar pendiente.
Puedes evitar los problemas de salud de tu gato llevándolo a revisión con el veterinario cada 6-12 meses, especialmente cuando tienen más de 8 años. Si sospechas que a tu gato le ocurre algo pero no estás seguro de lo que se trata, existen algunos síntomas poco frecuentes que te servirán para estar alerta, por si tienes que acudir al veterinario.
En la guía que te mostramos a continuación encontrarás algunas de enfermedades de los gatos y sus síntomas. Si te preocupa la salud de tu gato, acude a tu veterinario.
Cambios en su apetito
Si tu gato come menos de lo normal, puede deberse a que caza fuera de casa o a que las altas temperaturas afectan a su apetito. Sin embargo, también puede deberse a problemas de salud ocultos, especialmente en gatos de edad avanzada.
Acude a un veterinario especialista en gatos si esta disminución del apetito viene acompañada de letargo, vómitos, diarrea, pérdida de peso u otros signos de enfermedad. Un mayor apetito puede ser indicador de algunas enfermedades, como una mayor actividad tiroidea, diabetes o problemas intestinales.
Vómitos y mareos
Vomitar bolas de pelo o grasa es normal si tu gato lo hace ocasionalmente. Si aumenta la frecuencia del vómito, si tu gato vomita sangre o comida, si tiene dificultades al tragar o si tiene arcadas debes llevarlo al veterinario felino.
Los vómitos pueden ser síntoma de varias enfermedades como problemas intestinales, renales o del hígado. Si el vómito va acompañado de letargo, depresión, diarrea o pérdida de apetito, puede ser señal de otro problema subyacente. Una visita al veterinario bastará para solucionar estos problemas.
Problemas para hacer sus necesidades
Si tu gato tiene una diarrea persistente, o si sus heces son de color negro o contienen sangre o mucosa, puede que tenga un problema de salud. Si presenta alguno de esos síntomas, y si además vomita y sufre letargo, pérdida de apetito de peso, acude a la clínica veterinaria para gatos.
Por el contrario, si tu gato no puede hacer sus necesidades o sus heces son muy duras o están llenas de aire, llévalo a revisión. Aunque es un problema fácil de tratar, puede ser signo de otros problemas de salud más graves.
Si tu gato entra y sale con mucha frecuencia del cajón de arena, si se agacha pero no hace pipí (o muy poca cantidad), si llora cuando está en el cajón de arena o sangra, significa que tiene una infección de orina.
Algunas infecciones, como la cistitis en gatos, son comunes y fáciles de tratar. Otras infecciones más graves podrían derivar en una enfermedad del tracto urinario inferior, que supone un gran riesgo para la salud de tu mascota si no se trata correctamente. Si observas algún síntoma que pueda estar provocado por una infección en el tracto urinario, visita al veterinario para una revisión lo antes posible.
Si no se tratan las infecciones urinarias en gatos, podrían resultar peligrosas para tu mascota, por lo que es esencial que se empiece a tratar tras detectar los síntomas.
Aumento de peso excesivo
Si tu gato gana mucho peso en poco tiempo, puede volverse obeso, lo que podría causarle diabetes, problemas de movilidad y otras enfermedades. Debes ser capaz de notar sus costillas cuando lo cojas; en caso contrario, podría tener sobrepeso.
Haz clic aquí para obtener más información sobre cómo conocer la forma física de tu gato.
Antes de nada, acude a tu consulta veterinaria para gatos si crees que tu mascota necesita perder peso, para que te recomiende la mejor manera de que vuelva a estar en forma gradualmente. Cualquier cambio en la dieta de tu gato debe hacerse con cuidado, para no causarle problemas digestivos.
Si crees que el vientre de tu gato ha aumentado, consúltalo con tu veterinario. Podría ser una retención de líquidos en tu gato, en lugar de a un aumento de peso.
Aumento en la cantidad de bebida y de orina
Si le has cambiado el alimento de húmedo a seco, y tu gato ahora bebe mucha agua, es normal hasta que se acostumbre al cambio.
Si no se ha producido este cambio y tu gato bebe y orina más de lo normal, podría ser síntoma de alguna enfermedad, como la diabetes o problemas renales. Si normalmente no ves a tu gato beber y ahora sí, o ves que su cajón de arena está más mojado de lo habitual, llévalo a revisión.
Piel y pelaje
El estado de la piel es un buen indicador general de la salud de tu gato. La piel debe ser suave y de color rosa o negro, mientras que el pelaje debe ser suave y brillante.
Si tu gato pierde mucho pelo, tiene arañazos o un acicalado exagerado y/o costras en la piel son indicios de que tu gato tiene una enfermedad de la piel. Un pelaje con caspa o sin brillo puede indicar un problema subyacente que no esté relacionado con la piel o con el pelaje, pero que le afecte. Si presenta arañazos de consideración acompañados por pequeños lunares negros en el pelaje, podría tener pulgas, que son relativamente fáciles de eliminar.
Si observas alguna supuración de color marrón o algún enrojecimiento en las orejas de tu gato, comunícaselo al veterinario.
Boca y encías
Si tu gato presenta enrojecimiento en la boca o alrededor de ella, inflamación en las encías o mal aliento, podría sufrir una enfermedad bucal. Estos síntomas son dolorosos y tu gato puede perder el apetito, comer solo con un lado de la boca, escupir comida mientras mastica o perder peso.
Si observas alguno de estos síntomas, acude al veterinario. Cuanto antes empiece el tratamiento, antes se recuperará tu gato y podrá comer con normalidad.
Respiración
A diferencia de los perros, los gatos no respiran con la boca abierta. Si observas que tu gato jadea, le cuesta respirar, respira a mucha velocidad, tose o hace ruido al respirar, acude a tu veterinario de inmediato.
Estos son posibles síntomas de problemas respiratorios graves, que deberán ser tratados urgentemente por un veterinario felino.
Ojos y hocico
Los estornudos, un hocico que moquea o los ojos llorosos pueden ser resultado de problemas dentales en gatos, virus o enfermedades que afecten al sistema respiratorio. Si se produce una supuración viscosa o de sangre por el hocico, si parpadea de forma excesiva o presenta un enrojecimiento alrededor de los ojos, visita al veterinario porque podrían ser síntomas de algún problema de salud subyacente.
Si observas que el tercer párpado de tu gato no termina de abrirse, puede deberse a que tiene algo dentro, tiene una infección en los ojos o tiene problemas de salud. Llévalo al veterinario para que saque aquello que le molesta o que te recete algún colirio para gatos para que le administres en casa.
Huesos y articulaciones
Si tu gato cojea, puede que esté herido o que presente dolor en las articulaciones.
Si tarda en levantarse o echarse, si no salta tan alto como suele hacerlo o si tiene problemas para subir y bajar las escaleras, puede ser que presente un problema en los huesos o en las articulaciones. Llévalo a un veterinario especialista en gatos lo antes posible para que intervenga y tu gato no sufra más dolor.