Los gatos tienen su propio carácter; algunos son muy vitales, otros más tranquilos y perezosos.., pero nadie conoce a nuestro gato mejor que nosotros ¿verdad?
Si tu compañero felino se está comportando de una forma un tanto extraña últimamente, lo notas apagado o menos juguetón que de costumbre o incluso puede que haya perdido el apetito o prefiera pasarse el día tumbado, es posible que te encuentres ante un episodio de fiebre, como consecuencia de algún tipo de infección más o menos grave.
En menos de lo que tarda en hacer rodar un ovillo, aprenderás a detectar si tu gato tiene fiebre y a actuar de la manera más eficaz y sensata posible con las claves y consejos que te damos a continuación:
¿CÓMO DETECTO SI MI GATO TIENE FIEBRE?
La temperatura normal de un gato adulto es de 38ºC a 39,5ºC. Los gatitos en cambio, no pueden regular su temperatura corporal durante las primeras semanas de vida, por lo que tienden a la hipotermia, especialmente durante las 3 primeras semanas de vida. Como nos sucede a los seres humanos, el aumento de la temperatura es signo de que tu compañero peludo sufre algún problema de salud o enfermedad de diversa gravedad. Para saber si tu gato tiene fiebre, la mejor manera es introducir un termómetro en su recto con suavidad, acariciándolo o susurrándole palabras cariñosas para que se tranquilice, o bien acudir al veterinario para que sea él quien le mida la temperatura corporal en caso de que sea un felino nervioso o algo arisco.
Pero además, hay otros 5 síntomas de fiebre en gatos bastante habituales que no deberían pasarte inadvertidos:
- Tiene la nariz reseca y caliente:
Tanto los perros como los gatos siempre deben tener la nariz húmeda y fresca, es el indicativo de un estado saludable. Si cuando tocas la nariz de tu gato la notas reseca y muy caliente, puede ser un indicador de que tu animal está cursando un episodio febril. - Ha descuidado su aseo diario:
Los gatos son animales muy limpios y, entre otras costumbres, suelen lamerse varias veces al día para mantener el pelaje impoluto o tratar de desenredarlo. Si has notado que ha abandonado sus hábitos de higiene y que está más descuidado que habitualmente, es probable que te encuentres ante un cuadro de fiebre provocada por alguna infección. Observa muy de cerca su comportamiento y, ante la menor anomalía, consulta con el veterinario. - Está más inquieto o cansado y menos juguetón:
Si estás leyendo esto ya habrás notado que tu gato se comporta de una forma extraña; se muestra nervioso o agobiado sin que haya un motivo aparente que lo provoque o bien le ves apagado y menos juguetón. Incluso puede que no quiera moverse y permanezca tumbado la mayor parte del tiempo. En este caso observa sus ojos, porque generalmente estarán más irritados. Los cambios bruscos en el comportamiento de los felinos, sobre todo cuando no se deben a motivos obvios como una mudanza, indican un cambio en su estado de salud. - Respira más deprisa que de costumbre:
Controla la respiración y los latidos de su corazón. Si los notas muy acelerados debes acudir con urgencia al veterinario para que pueda realizarle las pruebas pertinentes.
¿QUÉ PUEDO HACER SI MI GATO TIENE FIEBRE?
Lo primero que debes hacer es mantener la calma. Los gatos son animales extremadamente sensibles y no conviene que te noten inquieto porque eso les provocará mayor nerviosismo. También piensa que aunque los felinos tengan sus particularidades, algunas de las molestias de un episodio febril son bastante compartidas con los humanos y es preciso asistirles con dos cosas básicas: Hidratación y reposo.
Aquí tienes algunos consejos esenciales de los veterinarios para atender las molestias de tu gato y ayudarle a bajar la fiebre:
- Es habitual que tu gato no tenga hambre y lo mejor en este caso es darle un alimento que le guste. Eso sí, fíjate si padece diarrea. Nuestra recomendación es que apuestes por una dieta húmeda y que, poco a poco, a medida que se recupere, la mezcles con su pienso seco habitual.
- Como va a estar más inquieto e incómodo de lo normal, busca una habitación tranquila y fresca para evitar que se estrese e intenta bajar la fiebre de tu gato colocando compresas húmedas en su frente, patas y abdomen durante unos minutos y varias veces al día. Hazlo igual que si tratases de bajar la fiebre de un niño, con mucho mimo. Otra buena idea es colocar un ventilador en el cuarto que enfríe y renueve el aire, pero sin que le llegue directamente la corriente de aire.
- Facilítale el agua con una jeringuilla en la boca con mucho cuidado y ofrécele bebidas isotónicas sin gas, es una buena opción para evitar que se deshidrate si no quiere beber agua. Los gatos, al igual que las personas, necesitan mantenerse hidratados cuando se encuentran en un proceso febril.
Atención: puede ocurrir que al tomar la temperatura a tu gato supere los 41ºC. En este caso te recomendamos que acudas de urgencia a tu veterinario para que pueda hacerle un examen médico y determinar la causa y gravedad de su dolencia..
¿QUÉ ENFERMEDAD PUEDE TENER?
La fiebre en gatos puede deberse a muchas causas, desde trastornos leves como una gripe, un resfriado común e incluso el efecto secundario de la ingesta de un medicamento, hasta otros diagnósticos médicos mucho más graves que podrían poner en riesgo la vida de tu compañero felino. Nos referimos a dolencias como leucemia o tumores –sobre todo en gatos mayores-, hongos, bacterias, traumatismos de diversa índole o virus como el calicivirus felino (CVF), que provoca que las vías respiratorias enfermen.
Recuerda que se trata de ser precavido y muy observador con los síntomas que presenta tu gato, manteniendo la calma en todo momento. Recuerda siempre acudir a tu veterinario ante la duda del estado de salud de tu gato, especialmente si la fiebre no remite o es muy alta. Es más que probable que con una dosis de antibióticos vuelva a recuperar la salud y sea el minino alegre y juguetón de siempre.