De vacaciones con tu perro a la playa: todo lo que debes saber
Ir de vacaciones con tu perro a la playa implica un mayor nivel de planificación por tu parte, ya que no vais a disfrutar de una única jornada de baño, sino que vais a compartir varios días, lo que supone tener en cuenta los siguientes aspectos.
1. Alojamiento
Si ya dispones de una estancia, piso o casa propia cerca de la playa, únicamente debes pensar en aquellas cosas que tu perro va a necesitar para sentirse como un rey, e informarte de las playas aptas para perros ubicadas en la zona en la que os vais a alojar (acceso y normativas).
Ahora bien, si no disponéis de esta opción, el primer paso será decidir a qué zona playera os vais a desplazar y buscar los alojamientos “dog friendly” que mejor se adecúen a vuestro plan de viaje. Afortunadamente, cada vez existen más posibilidades, desde campings de alquiler para unas vacaciones de playa con perro, hasta casitas en pueblos o apartamentos ubicados en primera línea de mar. Lo más recomendable es introducir un filtro de búsqueda, en función del número de personas y perros que vais a viajar, cantidad de días y necesidades de equipamiento.
Si vuestra intención es compartir varias jornadas playeras con vuestro perro, te aconsejamos que busques un alojamiento cercano a la playa o playas que vais a visitar. De esta manera, podrás evitar el hecho de tener que desplazarte en coche para acceder a ellas, cosa que entusiasmará a tu perro, y os proporcionará la oportunidad de caminar un rato antes de daros un buen chapuzón.
2. Equipaje
Puesto que pasareis varios días fuera de casa durante tus vacaciones con perro en la playa, tu perro necesitará viajar con su alimentación habitual, su bebedero, comedero, algún juguete, snacks compensatorios, bolsas para recoger sus excrementos, cepillo, gel, correa, collar y bozal (en el caso de que esté considerado como una raza potencialmente peligrosa).
Para poder disfrutar de la playa, será imprescindible que añadas a su maleta su cartilla de vacunas actualizada (con fecha de desparasitación externa e interna efectuada), su tarjeta con el número de microchip, una sombrilla, un botiquín básico, y algún entretenimiento flotante con el que pueda divertirse si decide bañarse. Tampoco está de más que incorpores en su collar una placa identificativa con tu número de teléfono, e incluso un localizador GPS de perros para poder encontrarlo en el caso de que se pierda.
Para curarte en salud, consulta con antelación las clínicas veterinarias existentes en la zona y sus horarios, por si te vieras obligado a acudir debido a algún accidente no deseado.
3. Desplazamiento
Si el trayecto no es excesivamente largo, y el alojamiento está bien comunicado, el tren puede ser un buen medio de transporte para desplazaros, aunque tratándose de meses de gran afluencia de bañistas, deberás infórmate con antelación de las condiciones de viaje con tu perro para conocer con detalle la normativa de la compañía ferroviaria, que varía en función de los destinos y el tamaño del perro.
Si quieres disponer de mayor autonomía o desplazarte por la zona durante los días de vacaciones con perro en la playa, lo ideal es que optes por el coche, y planifiques el viaje teniendo en cuenta la normativa de la RACE respecto al hecho de viajar en vehículos con perros (ver artículo “La seguridad viajando con tu perro en coche”). Pon especial atención al factor temperatura, evitando dejar sólo a tu perro dentro del vehículo, y permitiéndole el acceso a agua fresca durante todo el trayecto para asegurar su correcta hidratación. Los golpes de calor en los perros son más habituales y peligrosos de lo que pensamos.
4. En la playa
Vigila a tu perro en todo momento para evitar que pueda incomodar a bañistas u otros propietarios de perros, y asegúrate de que cumples con la normativa vigente en la playa escogida.
Procura que tu perro no se ejercite en exceso en las horas de mayor exposición al sol, y colócale protectores de almohadillas para evitar quemaduras producidas por el contacto de éstas con la arena caliente.
Fija un tiempo prudencial para que disfrute del baño y el juego, y después cobíjalo bajo la sombrilla para que descanse a la sombra. Ten siempre agua dulce y fresca a mano para que se vaya hidratando. Y en el caso de que no se atreva a adentrarse en el mar, ves mojándolo cada poco tiempo.
Si en la playa existe un servicio de duchas, intenta eliminar el exceso de sal y arena antes de llegar al alojamiento. De no ser así, báñalo cuando lleguéis a casa. Presta especial atención a la acumulación de arena y agua en las orejas. Con ayuda de una toalla, seca bien su interior y elimina cualquier partícula acumulada. Los perros son muy sensibles a padecer otitis por estas causas.