El Chin japonés es un perro miniatura elegante. Los adultos pesan entre 1,8 y 3,2 kg y alcanzan una altura de 20 a 27 cm. De aspecto elegante y aristocrático, su pelaje es abundante, largo, recto, suave y sedoso. El pelaje se presenta en negro y blanco o rojo y blanco.
Criado durante siglos para ser un perro de compañía, es un perrito alegre, amable y cariñoso que disfruta en compañía del ser humano y no le gusta que lo dejen solo mucho tiempo. Le encantan los niños, pero, debido a su tamaño, encaja mejor en un hogar con niños mayores donde no haya peligro de que le hagan daño sin querer.
El chin japonés es una raza antigua: se cree que procede de China y que llegó a Japón como regalo de la Casa Real china al emperador. Eran perros de compañía y querían que fuesen pequeños para caber en las mangas de los kimonos de las damas nobles y de la realeza. Algunos de estos perros se ofrecían como regalo a los embajadores reales. Puede que los marineros portugueses trajeran algunos ejemplares de chin japonés a Europa en el siglo XVII, pero no fue hasta mediados y finales del s. XIX cuando empezaron a aparecer con mayor frecuencia. Desde entonces se han vuelto muy populares.
Como el chin japonés tiene la cara plana, puede ser más propenso a tener problemas respiratorios. Por lo tanto, hay que evitar un exceso de ejercicio y de calor. Como ocurre con muchas razas pequeñas, puede padecer desplazamientos temporales de la rótula (luxaciones de rótula).
Por su tamaño, el chin japonés no necesita mucho ejercicio diario: bastará con media hora al día. No debe hacer ejercicio con temperaturas altas, ya que puede tener dificultades respiratorias por su nariz y cara planas. En lugar de eso, es mejor sacarlo a pasear a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde.
Los perros de compañía tienen un metabolismo rápido, lo que significa que queman energía a un ritmo muy alto. Esto supone que, con un estómago tan pequeño, deben comer poco pero a menudo. Los alimentos para razas pequeñas están específicamente ideados con proporciones adecuadas de nutrientes clave y unos granos de pienso de menor tamaño que se adapten a bocas más pequeñas. Esto, además, estimula la masticación y mejora la digestión.
El pelaje largo del chin japonés necesita cepillado dos o tres veces a la semana para que no se le hagan enredos. Procura mantener limpios sus lagrimales y pásales una bolita de algodón humedecida si es necesario. Curiosamente, «chin» significa «parecido a un gato» y estos perros suelen limpiarse la cara con las patas, igual que lo hacen los felinos.
Aunque tradicionalmente la mayoría de perros son buenos con los niños, todos los perros y niños necesitan que se les enseñe a llevarse bien y a respetarse mutuamente para estar seguros. Aun así, los perros y los niños pequeños nunca deberían quedarse solos y los adultos deben supervisar todas las interacciones entre ellos.
El chin japonés se creó para parecer un híbrido entre perro y gato, tanto en aspecto como en comportamiento. El término chin significa «gatuno»; este perro destaca por su comportamiento felino, ya que es significativamente silencioso y se lava la cara con las patas delanteras. Asimismo, salta con gran agilidad y es un hábil escalador.
