De aspecto noble, el King Charles es un perro compacto de constitución corta y maciza con un pelaje largo y sedoso que puede ser liso o ligeramente ondulado. El pelaje suele ser negro y fuego, tricolor (negro, blanco y fuego), blenheim (blanco y rojo) y rubí. El King Charles spaniel adulto mide entre 30 y 33 cm de alto y pesa de 3,6 a 6,3 kg.
El King Charles tiene un carácter amable, feliz y cariñoso que le convierte en un agradable perro de compañía. Puede ser reservado con los desconocidos, pero es cariñoso con la familia y sus amigos. Se lleva bien con otros perros y mascotas, le gusta la compañía de mayores y pequeños por igual; sin embargo, los niños deben ser cuidadosos con él porque su tamaño lo hace vulnerable a lesiones accidentales.
Procedente de los perros de caza, el toy spaniel se hizo miniatura para convertirlo en perro de compañía de las damas de la aristocracia; de ese perro de cientos de años de antigüedad desciende el King Charles. Cruzado con razas orientales miniatura, como el carlino y el chin japonés, tiene unos ojos grandes, la cara plana y el cráneo abovedado típico de los perros miniatura del Lejano Oriente. Su admirador más famoso fue, por supuesto, el rey Carlos II, de quien toma el nombre.
La siringomielia, un trastorno neurológico grave y doloroso, se ha documentado en algunos King Charles. Como muchas otras razas pequeñas, el King Charles puede sufrir la luxación de las rótulas y, si tiene la cara muy plana, puede tener también problemas respiratorios.
Como es una raza pequeña, el King Charles no necesita mucho ejercicio: bastará con media hora de paseo al día, aunque aceptará más si se lo ofreces. Les encanta jugar con sus dueños y son perros inteligentes que también disfrutan del adiestramiento.
Los perros de compañía tienen un metabolismo rápido, lo que significa que queman energía a un ritmo muy alto. Esto supone que, con un estómago tan pequeño, deben comer poco pero a menudo. Los alimentos para razas pequeñas están específicamente ideados con proporciones adecuadas de nutrientes clave y unos granos de pienso de menor tamaño que se adapten a bocas más pequeñas. Esto, además, estimula la masticación y mejora la digestión.
Su pelaje sedoso de longitud mediana/grande necesitará un cepillado dos o tres veces por semana y hay que prestar especial atención a los flecos de las orejas, de las patas y de la cola, que tienden a enmarañarse.
Aunque tradicionalmente la mayoría de perros son buenos con los niños, todos los perros y niños necesitan que se les enseñe a llevarse bien y a respetarse mutuamente para estar seguros. Aun así, los perros y los niños pequeños nunca deberían quedarse solos y los adultos deben supervisar todas las interacciones entre ellos.
