Sofisticado y de aspecto delicado, el papillón tiene unas orejas que recuerdan a la forma de una mariposa o de una polilla. El pelaje es largo y sedoso y suele ser blanco con manchas de color (consulta el estándar de raza para más información). Cuando el pelaje es tricolor, predominan el blanco y el negro, con algunas manchas de color canela. Los adultos miden entre 20 y 28 cm y pesan de 3 a 5 kilos.
Los toy spaniels que aparecen reflejados en numerosos cuadros renacentistas tienen un enorme parecido con el papillón, una raza cuyos orígenes podrían situarse en Francia o en Bélgica. El papillón era uno de los compañeros preferidos de la realeza y la nobleza del Viejo Continente y se cree que la propia María Antonieta llevaba uno consigo cuando fue a la guillotina. El nombre de esta raza —que podría traducirse como «mariposa»— se debe a sus grandes orejas, que parecen una mariposa con las alas abiertas. Si el perro tiene las orejas caídas, se denomina phalène (que se traduce como «polilla»).
Como ocurre con muchas razas pequeñas, el papillón puede padecer desplazamientos temporales de la rótula (luxaciones de rótula). También puede sufrir trastornos oculares hereditarios, por lo que se recomienda hacer un chequeo de la vista.
El papillón necesita un mínimo de media hora diaria de ejercicio, aunque puede hacer aún más si se lo puedes ofrecer. Para su pequeño tamaño, es sorprendente la energía que tiene; de hecho, compite también en pruebas de agilidad.
Los perros de compañía tienen un metabolismo rápido, lo que significa que queman energía a un ritmo muy alto. Esto supone que, con un estómago tan pequeño, deben comer poco pero a menudo. Los alimentos para razas pequeñas están específicamente ideados con proporciones adecuadas de nutrientes clave y unos granos de pienso de menor tamaño que se adapten a bocas más pequeñas. Esto, además, estimula la masticación y mejora la digestión.
Su pelaje tupido, largo y sedoso necesita cepillado dos o tres veces a la semana para que no se le hagan enredos.
Aunque tradicionalmente la mayoría de perros son buenos con los niños, todos los perros y niños necesitan que se les enseñe a llevarse bien y a respetarse mutuamente para estar seguros. Aun así, los perros y los niños pequeños nunca deberían quedarse solos y los adultos deben supervisar todas las interacciones entre ellos.
