Este perro de tamaño pequeño/mediano tiene el aspecto característico de un Spitz: pelaje grueso y erizado, cara astuta y ojos triangulares y una cola con grandes flecos que se enrosca sobre el lomo. Los machos adultos miden entre 34 y 37 cm de altura y las hembras, entre 30 y 34 cm. El peso está entre 5 y 6 kg, aproximadamente.
Al principio, se muestra algo reservado con los desconocidos, pero el spitz japonés es cariñoso y fiel a sus seres queridos. Atento y activo, le gusta vigilar su casa y su jardín, y ladrará cuando algo inusual le llame la atención. Es un perro muy familiar y se lleva bien con las personas y con los demás animales.
Aunque la raza se desarrolló en Japón, deriva en origen de las razas de spitz blancos del norte de Europa y de Norteamérica, como el spitz alemán y ruso o el samoyedo. La raza resultante se subdividió en dos categorías de diferente tamaño. La grande se denominó «samo» y la pequeña, «spitz»; esta última fue la que se convirtió en un perro de compañía habitual en Japón y se extendió después a Suecia y, de allí, al resto de Europa y del mundo.
El spitz japonés suele gozar de una salud relativamente buena. Tiene en común con muchas razas pequeñas su tendencia a sufrir luxaciones de rótula (desplazamiento temporal de la rótula).
Este spitz necesita aproximadamente una hora de ejercicio al día. El pelaje blanco brillante se ensucia con la lluvia, pero, al secarse, el barro se elimina muy bien con el cepillado y el pelo quedará tan limpio como antes.
Los perros pequeños tienen un metabolismo rápido, lo que significa que queman energía a un ritmo muy alto. Con un estómago tan pequeño, esto implica que deben comer poco pero a menudo. Los alimentos para razas pequeñas están específicamente ideados con proporciones adecuadas de nutrientes clave y unos granos de pienso de menor tamaño que se adapten a bocas más pequeñas. Esto, además, estimula la masticación y mejora la digestión.
El manto inferior es muy espeso y mullido; el voluminoso manto superior es liso y más largo alrededor del cuello, en el pecho y en los hombros y crea una especie de melena. La cola es muy poblada. Se le puede cepillar el pelo cada dos días para evitar enredos, pero en época de muda habrá que cepillarlo a diario.
Aunque tradicionalmente la mayoría de perros son buenos con los niños, todos los perros y niños necesitan que se les enseñe a llevarse bien y a respetarse mutuamente para estar seguros. Aun así, los perros y los niños pequeños nunca deberían quedarse solos y los adultos deben supervisar todas las interacciones entre ellos.
En ocasiones, el spitz japonés recibe el apelativo de «perro nube», a causa de su aspecto blanco y esponjoso, como de nube. Asimismo, su manto se describe a menudo como «autolimpiable», en referencia al hecho de que, cuando está seco, el barro y la suciedad se limpian o se caen con facilidad.
