Las razas de gatos de origen oriental destacan por su extrema belleza, y una especie de halo que los envuelve de misterio debido a la peculiaridad de su pelaje. Suelen ser gatos activos, juguetones e incluso traviesos.
Si decides adquirir una raza de gato dentro de esta categoría, deberás prepararte para destinarle dedicación y tiempo de juego. Eso sí, a cambio recibirás entretenimiento permanente y mucho cariño.
Gatos orientales de pelo corto
Dos de las razas más apreciadas por los propietarios son el Siamés y el Tonquinés. El primero, de tamaño pequeño, y pelo corto, fino y liso, destaca por el color azul de sus ojos, y por su fuerte personalidad. Es habitual que desprenda afecto y alegría a raudales pero, como suele ser impaciente, si no le prestas la atención que demanda, puede llegar a ser incluso teatral.
El segundo, también de tamaño pequeño y pelo corto, es una mezcla del Siamés y de gato Burmés. Suele poseer una curiosidad extrema, y mucha inquietud respecto a todo lo que le rodea. Normalmente, es sociable e interactúa muy bien con su entorno familiar, aunque demanda espacio para deambular y descubrir continuamente.