Los gatos suelen desarrollar comportamientos agresivos cuando perciben situaciones o actitudes que les generan miedo. Antes ellas, se ponen a la defensiva y optan por defenderse.
CÓMO DETECTAR EL MIEDO
Existen una serie de señales que te pueden ayudar a percibir su miedo, y a prevenir un posible ataque.
- Su pelo se eriza.
- Tiene las pupilas dilatadas.
- Te mira fijamente o, por el contrario, desvía la mirada.
- Sus bigotes están rígidos e inclinados hacia atrás.
- Aplana las orejas contra la cabeza.
- Su postura corporal está encorvada.
- Gruñe.
- Retrae los labios y/o sesea.
CÓMO ACTUAR ANTE UN GATO ASUSTADO
Actuar de forma adecuada es lo más conveniente en estos casos. Te recomendamos que pruebes las siguientes pautas para que puedas intentar calmar a un gato:
- Dirígete a él relajadamente. Háblale con cariño. Siéntate junto a él, y espera a que se tranquilice. Hazle saber que no eres ninguna amenaza, ni pretendes hacerle daño.
- Atrae a tu gato hacia a ti con ayuda de un poco de comida húmeda. El sabor y olor que desprende este tipo de alimentación son un incentivo muy atractivo para él. Si consigues que se acerque, acaríciale la cara, haciendo correr tu dedo por su nariz sin incomodarlo.
- Si detectas que te rechaza, déjalo que deambule. Seguramente, escogerá un lugar alto desde el que pueda ver todo lo que sucede y se sienta seguro.
- Ahórrale ruidos y presencias innecesarias. Intenta conducirlo a un espacio tranquilo en el que no se sienta amenazado por la presencia de niños u otras mascotas.
- Utiliza feromonas. Puedes adquirir productos que las contienen en tiendas especializadas y veterinarios. Son un excelente remedio para gatos miedos propensos a estresarse.
- Y, sobre todo, ten mucha paciencia. Si te percibe cercano y relajado, él también lo estará.
Si pese a estos consejos, sigues teniendo problemas para evitar su agresividad, consulta a un veterinario especializado para que pueda orientarte a como relajar a un gato y consigáis disfrutar juntos al máximo.