Cuando el cachorro llega a casa por primera vez, puede ser ventajoso bañarlo para eliminar olores de su pasado y dejar que comience su nueva experiencia fresco y limpio.
La mejor manera de bañar a un cachorro de forma segura consiste, primero, en colocar a tu cachorro sobre una mesa sólida y estable, con una alfombrilla de goma para evitar que resbale. Al dejarlo en un punto elevado y desconocido entenderá que no estás jugando y te ayudará a manipularlo de forma segura y confortable.
Coloca una toalla sobre la mesa que te ayudará a asegurar que el cachorro no caiga de la mesa y absorberá el exceso de agua.
El primer baño de tu cachorro
- Empieza cepillando suavemente a tu cachorro antes de bañarlo. Movimientos sencillos con un cepillo apropiado bastarán para eliminar la suciedad de su pelaje y relajarlo.
- Mientras, pon el secador de pelo en marcha y déjalo encima de la mesa, para que el cachorro se acostumbre al ruido de este electrodoméstico. La idea consiste en que el cachorro se acostumbre a esta situación sin renunciar a que sea una experiencia enriquecedora y alegre para él.
- Coloca luego al cachorro en un contenedor o bañera para perros de tamaño adecuado dentro de tu bañera.
- Moja el pelo del cachorro con agua templada usando el teléfono de la ducha, asegurándote de que no esté demasiado fría ni caliente.
- Prepara el champú para cachorros mezclándolo con agua. Repártelo por todo el pelo usando una esponja blanda.
- Frota suavemente al cachorro, no solo para lavarlo y darle un masaje, sino para que también se acostumbre a que le cuiden. Es importante enjuagar el pelo para retirar el champú cuando termine el baño del cachorro.
- ¡Y llega el secado! Empieza con un secado enérgico con la toalla antes de devolver al cachorro a la mesa y utilizar el secador. Deja que se apoye sobre tu estómago y mantenle quieto con una mano para que se sienta seguro.
- Aplica aire templado sobre el pelo, empezando por la cola para no asustarle. Intenta no aplicar el chorro de aire directamente sobre el hocico y los oídos.
- Asegúrate de que queda completamente seco, en particular por detrás y debajo de las patas.
- Cuando hayas acabado, coloca al cachorro sobre la mesa un par de segundos y acarícialo con el cepillo.
- Y para terminar, pero no menos importante, dale un premio.