OJO SECO
El ojo seco o queratoconjuntivitis seca es consecuencia de la insuficiente hidratación de la córnea. Puede deberse a una cantidad deficiente de lágrima o a una alteración de su composición. Las glándulas que fabrican la lágrima pueden sufrir infecciones e inflamaciones a lo largo de la vida del perro que condicionan la cantidad de lágrima producida. La aparición de tumores u orzuelos en los párpados, puede afectar a la calidad o composición de la lágrima, o a una buena distribución de la misma sobre la córnea.
La córnea, para poder ser transparente, carece de vasos sanguíneos. Para conseguir los nutrientes que necesita para su correcto mantenimiento y reparación depende de la lágrima para recibirlos. Así, cualquier alteración en la cantidad o composición de la lágrima puede causar déficits, que se compensarán con el crecimiento de vasos sanguíneos para hacer llegar los nutrientes.
Esto causa una pérdida de la transparencia de la córnea, inicialmente en zonas muy determinadas, pero que en casos crónicos o muy graves puede llegar a causar la aparición de manchas que impidan la correcta visión del perro.
Por tanto, si empiezas a observar una pérdida del brillo y transparencia propios del ojo, o si aprecias vasos o manchas sobre la superficie de la córnea, debes acudir inmediatamente al veterinario para que, entre otras cosas, mida la cantidad de lágrima producida por tu perro mediante un sencillo test. En caso de déficit, te propondrá uno o varios métodos para hidratar la córnea y tratarla si fuera necesario. Cuánto antes detectes este problema, más fácil será compensarlo.
CATARATAS EN PERROS
Un aspecto que suele preocupar a los propietarios, es la pérdida de transparencia del ojo. Aunque la superficie del ojo esté húmeda y brillante, parece que la lente que hay detrás del iris del ojo, el cristalino, ya no es transparente y adopta un color grisáceo. Mucha gente cree que su perro tiene cataratas cuando observa este color gris del cristalino. Pero no siempre son cataratas. El cristalino va perdiendo transparencia con el paso de los años, pero se trata de un proceso normal asociado a la edad. Se transforma progresivamente en una lente translúcida, pero de forma gradual y uniforme. Tu perro puede perder agudeza visual en algunas situaciones, pero no en demasiadas. Es un proceso completamente normal.
Lo que no es normal es que este cambio de aspecto ocurra de forma súbita, o que sea más pronunciado en uno de los dos ojos o en una zona concreta del cristalino. Por ello, es muy importante pedirle al veterinario que examine los ojos de nuestro perro con el instrumental adecuado. Un examen oftalmológico simple permite diferenciar esta pérdida de transparencia normal y natural del cristalino de las cataratas. Las cataratas pueden aparecer de forma súbita por la presencia de otras enfermedades, como la diabetes.
GLAUCOMA EN PERROS
El glaucoma en perros es otro de los problemas oculares que podemos encontrar en los perros que anteriormente han sufrido cataratas. El ojo es como un globo lleno de líquido, pero este líquido se está formando continuamente y, por tanto, también debe drenarse de forma continuada. El glaucoma en perros se produce cuando se acumula líquido en el interior del ojo y eso hace aumentar la presión del ojo. Este aumento de presión causa dolor, a diferencia de las cataratas en perros, que son indoloras. Puede ser consecuencia de una inflamación crónica del ojo, de problemas congénitos, pero también de un efecto secundario de una catarata que se desplaza y obstruye el drenaje del líquido del ojo.
El aspecto de un ojo con glaucoma es el de un ojo enrojecido, con dilatación de los vasos de la parte blanca del ojo, una pupila o iris dilatado, que parece fijo, no se abre y cierra como en el otro ojo, y duele, por lo que puede que tu perro se frote o intente tocarse con las patas. En casos muy avanzados, puede incluso apreciarse que el ojo se ha inflamado y es más grande.
Debes tratarlo siempre, sobre todo, porque causa dolor. A veces, es difícil llegar a saber la causa exacta, pero es importante que el veterinario examine el ojo para que recomiende un plan de tratamiento inicial con medicamentos que ayuden a reducir la presión del ojo y a que no duela. Es imprescindible que el veterinario o un especialista oftalmólogo, vaya controlando la presión del ojo de forma regular para ver si el tratamiento está funcionando. Puede ser motivo de urgencia si aparece de forma súbita por la luxación de una catarata.
CEGUERA REPENTINA EN PERRO
La pérdida repentina de visión en el perro puede ser consecuencia de problemas neurológicos que afectan al nervio óptico o a las zonas del cerebro que reciben la información visual, como consecuencia de traumatismos que causan hemorragias, desprendimiento de retina, o de otros problemas menos comunes. Es posible que el aspecto externo del ojo sea completamente normal, pero que tu perro parezca desorientado, choque contra los muebles y objetos que tienes en casa, y tenga problemas para comer y beber de su comedero y bebedero. En este supuesto, es importante acudir de inmediato al veterinario para que investigue las causas.
CEGUERA EN PERROS NO REPENTINA
Las enfermedades que hemos mencionado anteriormente, tales como la catarata en perros, el glaucoma o la queratoconjuntivitis, pueden causar una pérdida progresiva de la capacidad visual de tu perro. En este caso, tu mascota tiene tiempo para ir adaptándose progresivamente a su nueva situación.
Si no sale de su entorno doméstico, es factible que sólo observes una pérdida de agilidad, porque tu perro deambulará por casa de forma casi normal. Esta situación es comparable a la actitud de levantarte por la noche para ir al baño sin abrir las luces. Conoces perfectamente el camino entre el dormitorio y el baño. Puede que vayas a tientas, pero sabes el camino.
Otra situación diferente se producirá cuando saques a tu perro de su entorno inmediato. En este caso, es importante ser consciente de su problema visual, y usar un arnés o correa que te permita orientarlo de forma adecuada en espacios desconocidos.