Aunque no existe una definición oficial ni una receta única para las Dietas de Alimentos Crudos (RFD, por sus siglas en inglés), estas se refieren a las dietas para mascotas elaboradas en casa o comercialmente, basadas en carne cruda, órganos y huesos. También pueden incluir otros ingredientes como leche no pasteurizada, huevos crudos, frutas, vegetales, aceites, frutos secos y semillas. Las RFD no siempre son completamente crudas; por ejemplo, los cereales cocidos son un ingrediente común. El término "BARF" se usa comúnmente para referirse a las RFD. Es un acrónimo en inglés de "Huesos y alimentos crudos" o "Alimentos crudos biológicamente apropiados". Algunas personas creen que las mascotas deben llevar una dieta de alimentos crudos porque supuestamente es más parecida a lo que comerían en la naturaleza.
Hay dos tipos de dietas de alimentos crudos para perros y gatos: dietas crudas caseras y dietas crudas preparadas de forma comercial.
Las dietas crudas caseras son complicadas y requieren experiencia para proporcionar los nutrientes adecuados en las proporciones correctas.
Algunos fabricantes elaboran dietas de alimentos crudos congelados y liofilizados para gatos y perros, que pueden ser "completos" o "complementarios". Estos productos ayudan a los dueños a alimentar a sus mascotas con dietas crudas de una manera responsable.
En Purina, nos comprometemos en elaborar alimentos para mascotas que sean seguros, de alta calidad y nutritivos para satisfacer una gran variedad de necesidades únicas y, en este momento, las dietas crudas no cumplen con nuestros estándares. Aunque actualmente no elaboramos dietas de alimentos crudos para gatos y perros, sí ofrecemos una gran gama de productos hechos con ingredientes naturales seleccionados como PURINA BEYOND.
Los partidarios de las RFD afirman que hay numerosos beneficios para la salud: una mejor digestión, heces más firmes, piel y pelaje más saludables, menos problemas de alergias, mayor resistencia a las enfermedades y a los parásitos, eliminación de olores corporales y mal aliento, mejor control del peso, menos problemas de salud, mejor calidad de vida y una nutrición más cercana a la dieta «salvaje». Los estudios publicados respaldan muy pocos de estos beneficios. Una de las alegaciones relacionadas con las dietas de alimentos crudos para perros y gatos es que la cocción reduce la digestibilidad de los alimentos, sobre todo de las proteínas. Sin embargo, un proceso de cocción adecuado puede aumentarla.
Los problemas que conllevan estas dietas RFD (sobre todo las caseras) para la salud de las mascotas se pueden dividir en tres secciones principales:
- Enfermedades transmitidas por los alimentos
Las RFD aumentan el riesgo de infecciones bacterianas y parasitarias, ya que los productos avícolas frescos y otros subproductos animales pueden contaminarse. - Daños físicos
El consumo de huesos crudos puede provocar una multitud de lesiones tanto en gatos como en perros. Por ejemplo, dientes rotos y otras lesiones en la boca, asfixia, obstrucción o perforación gastrointestinal, vómitos, diarrea, sangrado rectal e incluso la muerte. - Desequilibrio nutricional
Los dueños de mascotas pueden o no seguir una receta cuando preparan RFD. Aunque es posible que las dietas RFD preparadas en el hogar proporcionen una nutrición equilibrada, varios estudios indican que la mayoría de estas dietas preparadas en casa no aportan una nutrición completa.