Comportamiento y lenguaje corporal de tu gato
Tu gato comparte muchas de tus emociones. En Purina encontrarás una guía práctica para entender el comportamiento y el lenguaje corporal de tu gato.
El comportamiento felino
En cuanto entiendas los aspectos básicos del comportamiento de tu gato, podrás interpretar rápidamente cómo se siente. Si estás intentando entender el comportamiento de tu gato, ¡nuestra guía te explicará todo lo que necesitas saber para hablar el idioma de los gatos!
Así es como pasará tu gato la mayor parte de sus horas de vigilia y es una parte fundamental del lenguaje felino: relajado, contento y cómodo en un entorno familiar. Debe mirar como si estuviera satisfecho de ver la vida pasar.
Signos neutros
Si está acostado, puede estar estirado, acurrucado formando una bola, o descansando con la cabeza levantada y las patas pulcramente recogidas bajo el cuerpo.
Sus ojos parpadearán suavemente o estarán semicerrados.
Las orejas se relajarán, manteniéndose despreocupadamente en posición vertical y hacia adelante, aunque girarán hacia los lados independientemente si el gato escucha algo a su alrededor.
También los bigotes se relajan, alejándose de las mejillas, dando la sensación de una sonrisa.
El cuerpo mantiene una postura elegante y relajada, sin ninguna tensión que sugiera que está a punto de entrar en acción.
Puede parecer gracioso y esponjoso, pero desde su nacimiento tu gato está diseñado para ser un excelente cazador: puede acechar y capturar fácilmente a su presa, y es capaz de concentrarse al 100% en su objetivo. Si tu gato se concentra en un objeto pequeño que se mueve, o en algo nuevo a su alrededor, notarás que su lenguaje corporal cambia a medida que intenta decidir cuál es la mejor respuesta a ese estímulo.
Signos de atención
Los ojos se abren y las pupilas se contraen.
Las orejas y los bigotes se dirigen hacia adelante, con el cuerpo inclinado hacia el centro de su atención.
El cuerpo se agachará al acechar, con las patas traseras replegadas bajo el cuerpo.
El lenguaje de la cola de tu gato mostrará atención manteniéndose baja detrás de él. La punta de la cola, así como los cuartos traseros, pueden moverse espasmódicamente a medida que se prepara para atacar.
Si el objeto de su atención eres tú, por ejemplo, si está intentando conseguir comida o mimos, podría frotarse contra ti con la cola en posición vertical, pero no te dejes engañar: ¡sigue concentrado en su objetivo!
Un gato feliz es fácil de reconocer: vas a entender su lenguaje corporal fácilmente. Éste es el estado en que preferirás que tu gato pase la mayor parte del tiempo, ya que es el estado perfecto para disfrutar de un buen momento juntos.
Síntomas de felicidad
Si está sentado, estará relajado y en posición vertical, con las orejas orientadas hacia arriba y adelante pero relajadas, orientándolas a veces suavemente hacia sonidos conocidos, como las voces de tu familia.
Si está acostado, puede tener las patas recogidas bajo el cuerpo, o estirarse sobre un costado o incluso sobre la espalda con las patas extendidas hacia afuera, lo que indica que es completamente feliz.
Puede dormitar con los ojos cerrados o semiabiertos, o parecer que le pesan los párpados, casi como si estuviera soñando despierto a veces. Si parpadea muy lentamente, intenta parpadear también tú lentamente para demostrarle que estás relajado: este comportamiento de imitación es un medio fantástico de reforzar el vínculo con tu gato.
Los bigotes se relajarán y la cola permanecerá quieta (o vertical con una ligera curvatura si te está saludando).
Si lo acaricias, puede cerrar los ojos de satisfacción y empezará a ronronear suavemente...
Los gatos son muy sensibles, sobre todo a los cambios. A los gatos puede llevarles algún tiempo adaptarse a los cambios inesperados, por lo que aprender a reconocer sus síntomas de ansiedad te servirá para ayudarle a relajarse. Cuanto antes reconozcas los signos del lenguaje corporal de tu gato, antes podrás darle una caricia tranquilizadora cuando se acerque en busca de confianza y atención. Dale a tu gato 2 o 3 días después de cualquier gran cambio para acostumbrarse a él y volver a la normalidad.
Signos de ansiedad
Los ojos del gato estarán abiertos sin parpadear, con las pupilas dilatadas en forma oval o circular.
Las orejas pueden moverse desde su posición delantera relajada en busca de información, girando independientemente cada una de ellas. Si el gato está muy ansioso, puede incluso abatir la cabeza hacia atrás.
Empezará a agachar la cabeza, con los bigotes retirados hacia atrás para parecer pequeño e inofensivo, o incluso los moverá hacia adelante en alerta.
A medida que aumente su ansiedad, el gato empezará a encogerse, o arqueará la espalda preparándose para correr.
El lenguaje de la cola del gato es muy importante: puede tenerla quieta o mover lentamente la punta de un lado a otro, lo cual es síntoma de ansiedad.
El comportamiento de un gato ansioso puede ser sutil, pero cuando está asustado no deja lugar a dudas: si tiene miedo de algo como un ruido fuerte, tu gato no se tranquilizará con una caricia y es probable que incluso su capricho favorito no dé resultado. Su lenguaje corporal te indicará que está aterrado, y sólo volverá a la normalidad cuando se sienta seguro. Intenta no moverte bruscamente para ir a tranquilizarle, ya que podría interpretarlo como otra amenaza. En lugar de eso, si es posible elimina todo aquello que pueda estar asustándolo y espera a que se calme.
Si tu gato muestra este comportamiento con frecuencia, será conveniente que consultes a tu veterinario para que te remita al especialista adecuado.
Síntomas de miedo
Las orejas del gato se replegarán hacia atrás y la cabeza puede descender con la mirada dirigida hacia arriba.
Puede salir corriendo o, si no es posible, permanecerá de pie o en cuclillas muy quieto.
Los ojos estarán muy abiertos con las pupilas completamente dilatadas y los bigotes replegados o erizados.
Pueden sisear o escupir a las amenazas cercanas, gruñir o dar zarpazos.
Algunos gatos estiran las patas delanteras para parecer más altos o arquean la espalda y erizan el pelo para parecer más grandes.
La cola puede permanecer bajo el cuerpo o moverse rápidamente de un lado a otro.
Tu gato puede manifestar frustración por un problema concreto inmediato, como no disponer de su juguete favorito, o sufrir una frustración continuada de tipo depresivo por falta de estímulos, (por ejemplo, no poder expresar su necesidad de cazar).
Es fácil mal interpretar a un gato con frustración a largo plazo, por lo que si crees que puede estar sufriendo este problema, es importante que lo consultes con tu veterinario para ayudarle a recuperar un estado de ánimo más placentero.
Síntomas de frustración
Un gato intensamente frustrado suele concentrarse con determinación en su motivo de frustración, y hará todo lo posible para conseguirlo.
Todos sus sentidos se concentran en su objetivo: los ojos completamente abiertos con las pupilas dilatadas, las orejas hacia adelante y los bigotes apuntando hacia adelante y extendidos.
Puede caminar de un lado a otro con impaciencia si no es capaz de conseguir lo que quiere.
Los gatos no pueden mantener esta frustración para siempre, por lo que si no consiguen lo que desean, pueden darse por vencidos o, en algunos casos, caer en un estado de frustración constante o incluso en una depresión, dependiendo del origen de su frustración.
Los gatos con depresión a largo plazo pueden estar aletargados con frecuencia, no tienen apetito y no muestran interés por jugar o interactuar con los demás.
Si tu gato muestra un comportamiento colérico, tendrás que andar con pies de plomo. Evita siempre provocar a un gato enfadado: no le mires fijamente ni le grites, no hagas movimientos bruscos ni intentes tocarlo ni calmarlo, ya que puede interpretarlo como un gesto amenazador y atacarte. En lugar de eso, retírate lentamente, elimina las posibles amenazas (si puedes hacerlo de un modo seguro) y deja tiempo y espacio para que se calme.
Si tu gato muestra signos de enfado a menudo, puedes pedir ayuda a tu veterinario o a un especialista en comportamiento de mascotas para entender el motivo de este lenguaje corporal negativo de tu gato.
Síntomas de enfado
Un gato enfadado estará rígido, manteniendo la cola rígida y recta, o enroscada alrededor y por debajo de su cuerpo.
Actuará de un modo muy diferente al habitual: puede guardar silencio, sisear, escupir o gruñir.
Intentará parecer grande y amenazador con el pelo erizado y las patas delanteras muy rígidas, o se colocará en cuclillas en actitud intimidante.
Las orejas estarán tensas y replegadas hacia atrás, y los bigotes estarán rígidos y alejados de la cara.
La mirada será dura y penetrante. Sus pupilas se contraerán, aunque algunos gatos pueden mantenerlas redondeadas sin parpadear.
Cuando un gato enfadado, asustado o frustrado siente que la amenaza ha pasado, empieza a sentirse aliviado. Tan importante como reconocer cuando está enfadado o asustado, es aprender a reconocer los signos de alivio para ayudarle a recuperar su estado normal de relajación.
Síntomas de alivio
El cuerpo entero del gato puede mostrar alivio: ¡algunos gatos incluso estiran todo el cuerpo para liberar tensión!
Sus ojos, orejas, cabeza, cuerpo y cola se relajan visiblemente.
Los bigotes recuperan una posición de calma alejados de la cara y la cabeza desciende
Algunos pueden bostezar, desviar la atención y cerrar a medias los ojos, o incluso asearse.
Con un cierto conocimiento de cómo reacciona tu gato a los cambios y de sus muestras de felicidad, podrás ayudarle a mantenerse sano, tanto física como emocionalmente. Si deseas más información sobre el comportamiento de tu gato, ponte en contacto con nuestro equipo de Atención a Mascotas.