En el caso de nuestros queridos felinos, nunca está de más visitar de forma regular al veterinario, o en todo caso, como mínimo una vez al año. En los gatos, visitar al veterinario es especialmente importante, ya que ellos exteriorizan muy poco sus enfermedades: suelen mostrarse siempre fuertes y disimulan sus dolores para evitar ser percibidos como vulnerables ante un posible contrincante.
¿POR QUÉ VISITAR AL VETERINARIO?
Por ello, como complemento a un examen periódico de tu gato en casa para detectar eventuales signos precursores de enfermedad, es recomendable llevarlo al veterinario para un control anual de su salud. Esto puede ser decisivo cuando se trata de detectar los cambios sutiles en la salud de tu animal de compañía, en particular con las razas que tienen tendencia a esconder su enfermedad hasta que se debilitan. Si tu gato tiene cierta edad o requiere unos cuidados médicos concretos, deberás acudir al veterinario más a menudo.
El veterinario verificará la cartilla de vacunas, para asegurarse de que está al día en:
- Coriza.
- Panleucopenia.
- Leucemia felina.
- Clamidiosis felina.
- Rabia (sólo si tienes pensado viajar).
Y también realizará un examen general para revisar:
- El peso y el estado general de tu gato.
- La frecuencia cardíaca y respiratoria del animal.
- La presencia de parásitos.
- El comportamiento y la personalidad de tu gato.
- O el estado dental entre otras cosas.
Y tú, ¿cada cuánto visitas al veterinario junto a tu querido compañero? ¡Nos dudes en contarnos tus experiencias!