El síndrome urológico felino (FUS) de las vías urinarias inferiores es el término genérico utilizado para describir numerosas afecciones del sistema urinario, incluyendo la cistitis, las obstrucciones o las inflamaciones de la uretra (el canal que transporta la orina desde la vesícula urinaria hasta el exterior). Concretamente este síndrome significa que tu gato tiene dificultades para orinar o que no orina.
La micción puede resultar dolorosa a causa de la presencia de cristales en la orina, provocando una inflamación u obstrucción de las vías urinarias. Mientras no se pueda eliminar la orina, la vesícula se llena rápidamente hasta su capacidad máxima y puede llegar a romperse, derramando la orina en el interior del abdomen del gato, pudiendo provocar una peritonitis o un estado de shock que podría provocar la muerte del animal. La obstrucción es más habitual en los machos porque su uretra es más estrecha que la de las hembras.
LAS CAUSAS
El FUS de las vías urinarias inferiores afecta principalmente a los gatos con sobrepeso y que hacen poco ejercicio, pero todo gato que no orina con suficiente frecuencia es susceptible de padecerlo.
Las razones de esta falta de ganas de orinar tienen varias causas:
a pereza de ir hasta la caja de la arena, el tener que compartirla con otros gatos o que la arena esté sucia.
El origen del FUS es variado, puede ser provocado por infecciones bacterianas y virales, estrés, falta de agua, elevada tasa de magnesio en la alimentación, obesidad o falta de ejercicio. Si sospechas que tu gato puede tener FUS, consulta inmediatamente a tu veterinario porque esta afección puede amenazar la vida de tu gato si no la tratas adecuadamente.
LOS SÍNTOMAS
Hay que prestar atención a los signos parecidos al estreñimiento (esfuerzos prolongados en la bandeja sanitaria), dolores al orinar, micciones frecuentes pero escasa, presencia de sangre en la orina. En los machos, la uretra puede obstruirse por depósitos formados en la vesícula. Tu gato puede que se lame constantemente los genitales o la zona anal y el abdomen parece hinchado.
TRATAMIENTO
A ser posible, facilita una muestra de orina de tu gato al veterinario para que controle el pH de la orina.
El tratamiento específico dependerá de la presencia o no de cristales minerales en la orina y, llegado el caso, de su naturaleza. En ciertos casos, el veterinario prescribirá antibióticos que resolverán el problema, sin embargo, la etapa más importante consiste en hacer que tu gato beba agua abundantemente.
- Añade agua a su alimentación húmeda.
- Coloca varios recipientes con agua por la casa.
- Utiliza recipientes más grandes, ya que a algunos gatos no les gusta beber si los bigotes tocan los bordes. Puedes probar con una fuente de agua diseñada especialmente para gatos.
- Llena los recipientes de agua hasta el borde: a los gatos les gusta verse reflejados.
- Asegúrate que siempre dispongan de agua fresca. Hay que tener en cuenta que el gato se acostumbrará al sabor del agua que beba y que notará el cambio si pones un filtro de agua o te mudas de casa.
- Evita la sobrealimentación de tu gato con alimentos ricos en magnesio como la carne de cerdo, buey, corazón o pescados grasos. Tu veterinario te puede recomendar una alimentación dietética específica para reequilibrar el pH de la orina.