La acción de arañar es un comportamiento innato en todos los gatos. Rascar superficies les ayuda a liberar su estrés, comunicarse con otros felinos e incluso, a estirar sus músculos.
Las uñas de un gato tienen varias capas. Cuando un gato trepa a un árbol o utiliza un rascador, la capa externa de la uña se desprende y aparece debajo una nueva capa afilada (si te fijas, con frecuencia encontrarás restos de uñas cerca de la zona del rascador). Para asegurar que podéis jugar juntos sin sufrir arañazos accidentales, te aconsejamos que cuides las uñas de tu gato con frecuencia.
PAUTAS PARA CORTAR LAS UÑAS A UN GATITO
Los gatos son reacios a situaciones a las que no están habituados. Si lo acostumbras al corte de uñas desde que es un cachorro, conseguirás que se familiarice con esta actividad y la asimile como un hábito agradable.
Las siguientes pautas pueden ayudarte:
- Examina las uñas de tu gato una vez por semana.
- Si son visibles cuando tu gatito está en reposo, es necesario cortarlas. Ten muy en cuenta este aspecto, porque en condiciones normales las uñas de los gatos permanecen retraídas.
- Generalmente debes cortarle un poco más las uñas de las patas posteriores, ya que los gatos desgastan más las de las patas delanteras.
- Con cuidado y paciencia, agarra cada uno de sus dedos, y presiona la almohadilla para que la uña salga y puedas cortarla. El cortaúñas no debe tocar nunca la vena interior que recorre cada una de las uñas. En el veterinario y en tiendas especializadas, encontrarás múltiples opciones de cortaúñas. Escoge el que consideres que puede cubrir mejor las necesidades de tu gatito.
- Si estás nervioso u observas que tu felino está alterándose en exceso, es conveniente que aplaces la tarea. También puedes llevarlo al veterinario para evitar complicaciones.
- Por último, aprovecha el momento del corte de uñas para comprobar que las almohadillas de tu gatito no presentan cortes ni cuerpos extraños. Si observas algo fuera de lo habitual, comunícaselo al veterinario.