Si tu gata está embarazada, es buena idea prepararse para el momento del parto y el nacimiento de los gatitos.
Preparación para el parto de tu gata
Durante las dos últimas semanas de la gestación, asegúrate de que todos los miembros de la familia se muestren tranquilos y calmados en su presencia y de que la traten con cuidado (especialmente los niños, que estarán emocionados con la expectativa de tener pronto gatitos con los que jugar).
Intenta mantenerla lo más tranquila e inactiva posible durante este periodo, y anímala a relajarse en su cama especial de futura mamá. No obstante, algunas gatas rechazarán incluso la cama más cómoda y suave preparada para la maternidad, prefiriendo un rincón de un armario. Sencillamente, asegúrate de que ha elegido un lugar para el parto y no intentes moverla del sitio que ha elegido.
Ten ayuda a mano
El parto de tu gata debería producirse sin complicaciones, pero no está de más tener ayuda a mano para mantener la calma, o en caso de que surjan complicaciones.
Consigue el número de teléfono de urgencias de tu veterinario antes de que tu gata dé a luz, ya que el parto se produce con frecuencia durante la noche y cabe la posibilidad de que puedas necesitar ayuda urgente. Si la mamá tiene problemas para dar a luz a sus gatitos, podrías tener que llevarla al veterinario; así pues, asegúrate de tener un medio de transporte disponible.
Cuando se acerque el momento del parto, será buena idea que prepares algunas cosas, como un recipiente limpio con agua caliente, toallas y trapos limpios, hilo dental y guantes desechables, así como un transportín y los datos de contacto de tu veterinario. Es importante que tengas todas esas cosas a mano (¡por si acaso!).
Si tienes que separar a los gatitos de la mamá en algún momento, tendrás que mantenerlos calentitos. Te recomendamos que uses una bolsita térmica apta para microondas en lugar de una bolsa de agua caliente, ya que podrían pincharla con los dientes o con las uñitas.
¿Cómo saber cuándo una gata va a dar a luz?
Un parto inminente puede ser difícil de detectar. Durante las primeras fases del parto, la mamá se mostrará muy inquieta, yendo de un lado a otro como si estuviese buscando algo, y maullará con frecuencia.
Ponte en contacto con tu veterinario si no estás seguro de que el parto haya comenzado, y vigila de cerca a tu gata en las últimas semanas y días del embarazo para saber dónde y cuándo va a dar a luz a los gatitos. A tu gata le encanta tener privacidad, ¡sobre todo cuando está a punto de dar a luz a sus gatitos! Es importante que observes el parto de tu gata para poder intervenir si hay problemas, especialmente en el caso de las mamás primerizas.
El proceso de parto de una gata
El parto de una gata tiene tres fases. Una vez que el parto haya comenzado, debes permanecer atento a su desarrollo: no suele haber complicaciones, pero es importante que lo supervises para poder reaccionar rápidamente ante cualquier imprevisto. No obstante, no intervengas a no ser que sea absolutamente necesario, ya que podrías retrasar el parto y alterar a tu gata; limítate a observar periódicamente y no intentes intervenir si no es necesario. No te preocupes: normalmente, el parto de las gatas no presenta ninguna complicación, pero puedes consultar a tu veterinario si tienes alguna duda. Limita también el número de espectadores: aunque toda la familia esté emocionada con la llegada de los gatitos, no conviene alterar a la mamá.
Primera fase
- Probablemente, no notarás ningún indicio de la primera fase, en la que el cuello uterino y el útero se preparan para el parto.
- Comenzarán a producirse las primeras contracciones, pero posiblemente no sean perceptibles a simple vista.
- Tu gata se mostrará muy inquieta, yendo de un lado a otro como si estuviese buscando algo, y maullará con frecuencia.
- Es posible que haga varias visitas improductivas a su caja de arena, pero con un poco de suerte se instalará en su cama de maternidad.
- No te sorprendas si elige otro lugar, ya que puede no haberse acostumbrado a su cama de maternidad o, simplemente, prefiere dar a luz en otro lugar. No la muevas: siempre es más seguro dejarla dar a luz en el lugar que ella escoja.
- También es posible que empiece a manifestar cierta secreción vaginal.
Segunda fase
- La segunda fase del parto felino es el nacimiento de los gatitos. ¡Qué emocionante! Puede durar entre 2 y 24 horas. Comprueba tu kit de atención al parto y asegúrate de tener todo a mano.
- Algunos gatitos nacerán de cabeza (como los bebés humanos), pero otros asomarán las patas primero: esto es completamente normal y no tienes que preocuparte si ves que ocurre así.
- Normalmente, los gatitos nacen a intervalos de entre 30 y 45 minutos, pero pueden tardar más de una hora.
- Observa desde una distancia segura e intervén sólo si es absolutamente necesario: por ejemplo, si ves que se esfuerza mucho pero el gatito no sale, si presenta secreciones sanguinolentas o si los gatitos llegan tan rápido que no le da tiempo de limpiarlos y romper sus sacos amnióticos. Lee "Complicaciones sobre la gestación en gatos" para saber cuándo es necesario llamar al veterinario.
Tercera fase
- La fase tres consiste en la salida de las placentas, que suele suceder tras el parto de cada gatito.
- Cuenta las placentas: tiene que haber una por cada gatito.
- Si hay menos placentas que gatitos, puede ser que la gata se las haya comido, o que dos gemelos hayan compartido una. Pero también puede haberse producido una retención de placenta, lo que debe ser examinado lo antes posible tu veterinario; en caso de duda, llámale.
- No te preocupes si la madre come algunas placentas, es normal; pero es importante que mantengas la máxima atención durante todo el parto.
¿Cómo ayudar a dar a luz a una gata?
Cuando nace un gatito, su madre le ayudará a romper el saco amniótico (la fina membrana que lo rodea) y, a continuación, lo limpiará cuidadosamente. Por suerte, seguramente no tendrás que intervenir durante el parto de tu gata, aunque algunas veces la nueva mamá necesitará un poco de ayuda.
Si no abre el saco, no lo hace por completo o no limpia a los gatitos, puede ser necesario que intervengas y ayudes a cuidar a los gatitos recién nacidos. Rompe con cuidado los sacos cerrados usando una toalla (nunca un objeto afilado) para que el gatito pueda respirar. Límpiale con suavidad la boquita y la nariz; a continuación, seca rápidamente al gatito a contrapelo con un paño o toallita limpios. Por último, masajéalo con un paño calentito para secarlo y darle calor, así como para estimular su primera gran inhalación de aire.
Normalmente, cuando el gato acaba de nacer, su mamá le corta el cordón umbilical con los dientes, pero si no lo hace tendrás que ayudarla de nuevo. Con las manos limpias o con guantes desechables, ata un hilo dental alrededor del cordón a unos 5 cm del cuerpo del gatito, átalo de nuevo 2 cm más lejos y corta el cordón umbilical entre ambos nudos. No lo cortes demasiado cerca del gatito, porque podría ser peligroso para él. Asegúrate de recortar los extremos largos del hilo, porque la madre podría masticarlos o tragarlos. Si ves que la madre intenta morder demasiado cerca del gatito, detenla y corta tú el cordón.
Si te preocupa esta parte del nacimiento, consúltalo antes con tu veterinario para asegurarte de saber lo que tienes que hacer.
¿Cuánto tiempo dura el parto de una gata?
Te puede parecer que ha sido muy rápido, pero el parto completo suele durar entre 2 y 5 horas. En algunos casos, ¡puede durar hasta 24 horas! Si observas que la madre está teniendo problemas en algún momento, llama a tu veterinario para acordar el siguiente paso. Si tu gata parece estar esforzándose sin resultado durante una hora o más, llama a tu veterinario inmediatamente.
Las camadas suelen ser de entre cuatro y seis gatitos, aunque tampoco es raro que sean más grandes o más pequeñas. Cuando todos los gatitos hayan nacido, deja a tu gata tiempo para limpiarlos y alimentarlos. Intenta no intervenir demasiado, pero no tengas miedo de cogerlos con cuidado porque ayudará a socializarlos, a la vez que da a la mamá un merecido descanso.
Si los gatitos no han mamado durante su primera hora de vida, debes guiarlos hacia una de las mamas, ya que probablemente estarán hambrientos. Si hay más gatitos que mamas, tendrás que intercambiarlos hasta que aprendan a compartir.
Si la madre no parece preocuparse por sus gatitos, no los asea o no los alimenta, consulta a tu veterinario inmediatamente.
Algunas veces puede ser necesario alimentar a los gatitos con biberón, pero no es habitual. Si tienes dudas o preguntas sobre la crianza de la camada, pide consejo a tu veterinario. Ahora, todo lo que queda por hacer es celebrar este momento especial y la llegada de los gatitos. ¡Felicidades!