Más proteínas no significa necesariamente una mejor nutrición. Aunque los niveles de proteínas son uno de los factores que cabe tener en cuenta a la hora de elegir la comida para nuestra mascota, entre otros, como el valor nutricional global de la dieta, la inclusión de ingredientes funcionales o la fiabilidad del fabricante, el objetivo es garantizar que el alimento contenga la cantidad requerida de proteínas para satisfacer las necesidades específicas de la mascota (teniendo en cuenta la etapa de la vida o la posible existencia de algún trastorno de salud). Otro punto importante que debe considerarse es la digestibilidad de las proteínas, ya que debemos asegurarnos de que la mascota pueda aprovecharlas de una forma eficiente. En Purina, trabajamos con expertos de primer nivel en salud y nutrición animal para formular nuestros productos y garantizar una gran calidad y digestibilidad de las proteínas mediante unos controles de calidad exhaustivos.
Cuando se consumen proteínas en exceso, el cuerpo no tiene la capacidad de almacenarlas y, por lo tanto, esta proteína excesiva no se utilizará para crear más masa muscular. En consecuencia, el exceso de proteínas probablemente terminará en la orina o las heces, lo que no es dañino para las mascotas, siempre que estas estén sanas. Sin embargo, alimentar a las mascotas con una cantidad excesiva de proteínas puede convertirse en un problema medioambiental dada la cantidad de nitrógeno excretado que proviene del metabolismo de las proteínas.
Por consiguiente, la alimentación de tantas proteínas, en una cantidad que supere la necesaria para tu mascota, no proporciona ningún beneficio para la salud de esta y puede contribuir potencialmente a problemas ambientales.