Cuando se consume un exceso de proteínas, el cuerpo no tiene la capacidad de almacenarlas y, por lo tanto, esta proteína excesiva no se utilizará para crear más masa muscular. En consecuencia, el exceso de proteína probablemente terminará en la orina o las heces, que no es dañino para las mascotas, siempre que estén sanas. Sin embargo, alimentar a las mascotas con una cantidad excesiva de proteínas puede convertirse en un problema ambiental insostenible dada la cantidad de nitrógeno excretado que proviene del metabolismo de las proteínas.
Por lo tanto, una alimentación con demasiada proteína, en una cantidad que supere la necesaria para tu mascota, no proporciona ningún beneficio para su salud y puede contribuir potencialmente a problemas ambientales.