Durante las temporadas de otoño e invierno es habitual que tu gato pierda pelo. El instinto natural de los felinos, asociado a su aseo diario, aumenta aún más las posibilidades de caída e ingestión de pelo, sobre todo en las razas de pelaje largo.
Síntomas de caída de pelo en gatos
Los factores preocupantes se desarrollan cuando tu gato pierde pelo en exceso, ocasionando un acicalamiento excesivo, que le ocasiona calvas principalmente en su vientre, costados, patas traseras, orejas, a lo largo del lomo y también en la cola. La causa más habitual de este comportamiento se debe al picor que siente, y a la necesidad de aliviarlo mediante el lamido.
Si observas alguno de estos síntomas en tu gato, debes acudir al veterinario para que descarte la presencia de parásitos, alteraciones hormonales, alergias, o incluso comportamientos relacionados con la ansiedad o el estrés. Los análisis de sangre y muestras de piel, ayudarán al veterinario a descartar determinadas patologías y a determinar las posibles causas.
Los agentes externos, como las pulgas, son uno de los motivos principales que se deben contemplar. En los gatos, a diferencia de los perros, la visibilidad de las pulgas por parte de los propietarios es menor, ya que los felinos tienden a ingerirlas. De ahí surge la necesidad de que sea el veterinario quién explore a tu gato en profundidad, y determine si la presencia de pulgas es la raíz del problema que está padeciendo.
Las alergias, ya sean de índole alimentaria o debidas a condicionantes ambientales (como el polvo o los ácaros), es la segunda causa de caída del pelo en gatos. El lamido insistente de tu gato, como respuesta al malestar que le produce la alergia, puede producir que, además de las calvas, detectes caspa o heridas en su piel. En estos casos, el veterinario te recomendará un tratamiento adecuado para paliar la situación (medicación), así como una alimentación seca específica (alimento hipoalergénico) para reducir los síntomas.
Si el veterinario ya ha descartado los factores patológicos, se inclinará por cuestiones relacionadas con el comportamiento, que también pueden explicar por qué tu gato pierde o se arranca el pelo. Ante este escenario, deberás contemplar el estrés y la ansiedad como algunos de los motivos principales que justifican el lamido obsesivo de tu gato, y conocer las consecuencias que ello produce en su pelaje y en su piel.
Los gatos son extremadamente susceptibles a los cambios. Cualquier alteración en su rutina, o la presencia de alguien nuevo en su entorno, son elementos que pueden distorsionar su bienestar, y ocasionarle un nivel de acicalamiento obsesivo que repercuta en su pelaje. Si éste fuera tu caso, es aconsejable que contactes con un veterinario especializado en comportamiento animal (etólogo) para que pueda orientarte sobre las pautas a seguir.