Los trastornos cutáneos son muy habituales en los gatos, y pueden deberse a Parásitos, alergias, infecciones bacterianas o por hongos, tumores o enfermedades sistémicas.
La piel de un gato puede ser rosa o negra según los pigmentos naturales de su raza o su particular historial genético. No debe presentar costras, irritación, descamación, puntos blancos o negros, masas o bultos, ni zonas inflamadas o infectadas.El pelaje debe ser suave y brillante sin pelos rotos, clapas o caspa. Los gatos pueden perder pelo a lo largo de todo el año, pero la pérdida acostumbra a ser más importante en verano y en otoño (muda). Por lo tanto, tendrás que cepillarle el pelo a menudo y comprarte una buena aspiradora. Algunas razas necesitan que les cepillen el pelo con frecuencia, sobre todo las razas de pelo largo.
PIEL SECA
El ambiente de tu casa puede afectar a la piel del gato. Una temperatura elevada puede resecar y escamar la piel de tu mascota.
No obstante, a menos que el gato se rasque continuamente, es poco probable que la piel seca sea un problema de salud importante. Pregunta a tu veterinario cómo puedes cuidar mejor la piel del gato y plantéate si la calidad de la comida es la adecuada.
ENFERMEDADES PARASITARIAS DE LA PIEL
Los ácaros, las garrapatas y las pulgas son frecuentes en los gatos. Consulta la sección dedicada a estos trastornos cutáneos específicos para obtener más información.
ALERGIAS CUTÁNEAS
Las reacciones alérgicas pueden producirse cuando un gato ha estado expuesto en repetidas ocasiones a un material, el alérgeno, que causa la reacción. Este proceso implica que el sistema inmunológico produce anticuerpos que desencadenan una serie de acciones en el cuerpo que liberan sustancias inflamatorias, lo que a su vez causa picor. Si tu gato está expuesto a alérgenos, verás que se rasca y que su piel está inflamada. Puede desarrollar lesiones e infecciones cutáneas, así como perder pelo.
Existen muchas sustancias que pueden actuar como alérgenos y causar alergias cutáneas o dermatitis alérgica. Entre estas se encuentran:
- Alérgenos que se inhalan como el moho, el polen y las partículas de polvo.
- Alergias a las pulgas: el gato es alérgico a la saliva presente en la picadura de pulga.
- Dermatitis por contacto: causada por la exposición de la piel a una sustancia irritante, como jabones, aerosoles para el hogar y el jardín o productos químicos, collares antipulgas, plumas o lana.
- Alergias alimentarias: el gato es alérgico a una de las proteínas presentes en su comida.
DIAGNOSTICO DE LAS ALERGIAS CUTÁNEAS
Para diagnosticar la causa de la alergia en la piel de tu gato lo más probable es que tengas que acudir al veterinario. Cuando vayas al veterinario, proporciónale un historial completo de los síntomas de tu mascota e indica la época del año en la que aparecen los síntomas de la alergia. Antes de determinar la causa del problema, puede que el veterinario quiera considerar algunas o todas las causas mencionadas arriba. En algunos casos, la alergia se debe a una combinación de algunos de estos factores y, por lo tanto, puede que el veterinario considere reducir el impacto de algunos o todos ellos a la hora de decidir el mejor procedimiento para cada mascota. En los casos más graves, es posible que el veterinario te recomiende realizar una prueba cutánea para encontrar la causa exacta de la reacción alérgica.
Si el responsable del trastorno cutáneo es un alimento, seguramente el gato presentará signos de malestar Gastrointestinal. En este caso, es importante analizar la dieta del gato e intentar aislar el causante. Encontrará más información sobre este tema aquí [https://www.purina.es/gato/pro-plan/consejos/alergias-alimentarias-en-gatos].
TRATAMIENTO DE LAS ALERGIAS CUTÁNEAS
Los veterinarios suelen recomendar una gran variedad de tratamientos para ayudarle a controlar las alergias de la piel en gatos y aliviar los síntomas. Estos incluyen tratamientos médicos, dietas terapéuticas y enfoques terapéuticos conductuales. Se pueden aplicar de forma individual o combinados.
Las alergias cutáneas pueden llegar a ser muy incómodas para tu gato, pueden tardar mucho tiempo en curarse y a menudo requieren un cuidado a largo plazo. Sin embargo, la mayoría de trastornos se solucionan de forma satisfactoria, y el gato recupera su salud y felicidad.