El Spaniel holandés es un perro de tamaño pequeño/mediano muy atractivo: levanta la cabeza con orgullo y es algo más largo que alto. Los adultos miden entre 35 y 40 cm de altura y pesan de 9 a 11 kg. Tiene un pelaje de longitud mediana, liso o ligeramente ondulado, y es de color blanco con manchas de color naranja o rojo. Las orejas terminan en un mechón negro, conocido como «pendiente».
El spaniel holandés es un perro amistoso, atento y de buen carácter con la gente y muy cariñoso con su familia, aunque puede ser distante con los desconocidos. Puede ser problemático con otros perros, por lo que una socialización temprana es especialmente importante. Al spaniel holandés le encanta el adiestramiento y los nuevos retos.
El spaniel holandés (también llamado kooikerhondje o kooiker) es una raza reconocida en los Países Bajos desde el siglo XVII. Se cree que desciende de los perros tipo spaniel llegados a la zona en el siglo XVI, procedentes de España. La función original de la raza era hacer de señuelo, tarea que todavía desempeñan algunos hoy en día. El perro atraía la atención de los patos y los llevaba hacia el kooiker (persona encargada de la caza) y sus redes. Como demuestran las pinturas de los maestros holandeses, la raza ha cambiado muy poco con el paso de los siglos.
Gracias a una reproducción cuidadosa, apenas se encuentran ya los trastornos hereditarios conocidos de la raza (epilepsia y luxación de rótula).
Este spaniel necesita al menos una hora de ejercicio diario. Como era de esperar, le encanta el agua y suele sumergirse a la mínima oportunidad durante el paseo. Además de practicar deportes caninos (agility, etc.), algunos spaniels holandeses todavía trabajan como señuelos de patos, ya sea con el fin de cazarlos o de anillarlos.
La dieta de tu perro debe contener la proporción adecuada de todos los principales grupos de nutrientes. Además, deberá tener siempre agua fresca a su disposición. Es importante realizar comprobaciones regulares para mantener al perro en perfecta forma y recuerda darle de comer dos veces al día siguiendo las pautas de alimentación de su alimento específico.
Su pelaje es hidrófugo y también repele el barro: suele ser fácil de limpiar con un simple cepillado en cuanto se seca. Suele bastar con un cepillado dos veces a la semana, pero hay que prestar especial atención a los mechones de la zona de las orejas, la cola y las patas, ya que los flecos se pueden enmarañar.
Aunque tradicionalmente la mayoría de perros son buenos con los niños, todos los perros y niños necesitan que se les enseñe a llevarse bien y a respetarse mutuamente para estar seguros. Aun así, los perros y los niños pequeños nunca deberían quedarse solos y los adultos deben supervisar todas las interacciones entre ellos.
En el Reino Unido, el spaniel holandés se incluyó en un principio en la categoría de perros de caza, junto con la otra raza señuelo para patos, el perro cobrador de Nueva Escocia. Sin embargo, cuando finalizaron el registro de importación, y tras discutirlo con los clubs de criadores y los propios criadores, se decidió cambiarlo a la categoría de perro de utilidad, ya que el spaniel holandés no atrae a la presa hacia la escopeta, sino hacia las redes, por lo que no puede considerarse un perro de caza propiamente dicho.
