- Gato muy curioso y activo
- Gato sociable y dependiente
- Gato muy maullador
- Raza de gato de constitución media
- Requiere aseo una vez por semana
- Raza alergénica
- Gato al aire libre
- Buen gato familiar
s una raza generalmente resistente; no obstante, puede sufrir:
- Diabetes mellitus, una dolencia que hace que los gatos presenten niveles muy altos de azúcar porque no producen una cantidad normal de insulina.
- Defecto de la cabeza birmana, una dolencia en la que la cara y el cráneo no se forman correctamente.
- Gangliosidosis de los birmanos, que es una tesaurismosis que afecta al sistema nervioso, aunque conviene destacar que hay una baja prevalencia de esta enfermedad en los gatos birmanos.
- Hipopotasemia de los birmanos, dolencia en la que los niveles de potasio en la sangre son bajos, lo que provoca debilidad.
- Síndrome de dolor orofacial1, que causa dolor facial y bucal repentino.
- Tórax en embudo2, que se caracteriza por un estrechamiento del pecho que afecta al funcionamiento del corazón y el tórax.
Pruebas disponibles:
- - Prueba de ADN para detectar si es probable que un gato se vea afectado por el defecto de la cabeza birmana, gangliosidosis o hipopotasemia.
¹ A. Nemec, 'The feline enigma: issues specific to the cat', 2017, BSAVA Congress Proceedings
² M. Singh et al., 'A Review on Pectus Excavatum in Canines: A Congenital Anomaly', 2013, Iranian Journal of Veterinary Medicine "
Personalidad
El burmés es un gato muy amistoso y cariñoso que necesita la atención del ser humano para ser feliz. Es una raza es muy exigente, que sigue a sus dueños por toda la casa reclamando atención. De hecho, llega a trepar por las piernas del amo implorando que lo coja y lo acaricie. Son gatos muy maulladores, que suelen saludar a sus dueños cuando vuelven a casa o pedir lo que quieren y participar en todas las actividades. Fiel a sus dueños, a veces recibe el nombre de «gato perro» porque a muchos les encanta jugar a recoger cosas. Son muy listos y resuelven problemas como el de abrir las puertas, por lo que suelen ser grandes escapistas.
Origen
País de origen: Birmania
Un gato marrón oscuro, de cuerpo parecido al siamés, se llevó por primera vez a California desde el Lejano Oriente en 1930. Como no había ningún otro burmés en Estados Unidos en aquella época, la raza wong mau se cruzó con un siamés seal point, de marcas distales color marrón oscuro. Mediante una reproducción selectiva, surgió una nueva raza de pelaje oscuro a la que conocemos como burmesa en la actualidad. El gato burmés fue reconocido como raza primero en Norteamérica y luego llegó a Europa en 1940. Desde entonces, los programas de reproducción han desarrollado una gama de colores de pelaje.
Los gatos burmeses tienen una salud bastante robusta, aunque algunas líneas de la raza parecen propensas a la diabetes mellitus. De vez en cuando puede verse polimiopatía hipopotasémica (debilidad muscular debida a bajos niveles de potasio en sangre) en gatos burmeses jóvenes. Algunos burmeses han desarrollado un trastorno muy poco común denominado síndrome de dolor orofacial felino. Este trastorno provoca movimientos exagerados de lamido y masticación en el gato, que también se lleva la pata a la boca y puede resultar muy doloroso. En los EE. UU. hubo un problema de deformidad de la cabeza y el cerebro, pero no hay constancia de nada similar en el Reino Unido. Algunas líneas de burmés también pueden tener unos hábitos de alimentación inusuales, que les llevan a comer prendas de lana y otros objetos no comestibles (fenómeno conocido como pica).
Cada gato es único y tiene sus propios gustos, aversiones y necesidades particulares en lo que respecta a la comida. Sin embargo, los gatos son carnívoros y deben obtener 41 nutrientes diferentes y específicos de los alimentos que ingieren. La proporción de estos nutrientes variará según la edad, el estilo de vida y la salud en general, por lo que no sorprende que un gatito enérgico y en crecimiento necesite un equilibrio de nutrientes diferente en su dieta que un gato senior menos activo. Otras consideraciones que deben tenerse en cuenta son darle la cantidad adecuada de comida para mantener el «estado corporal ideal» según las pautas de alimentación y atender las preferencias individuales por lo que respecta a las recetas de comida seca o húmeda.
Los burmeses no requieren un aseo excesivo, ya que saben cuidar de sí mismos, pero agradecerán la atención que ofrece el cepillado. Como todos los gatos, los burmeses necesitan vacunación que los proteja de las enfermedades, así como un control antiparasitario periódico y chequeos veterinarios anuales.
Aunque esta raza tiende a ser excelente con los niños, cada gato tiene una personalidad distinta según el entrenamiento que reciba y su experiencia vital. Si vas a adoptar a un gato, consulta con la asociación para conocer más detalles sobre la personalidad específica del gato en cuestión.